La Villa y Puerto de Garachico se ha entregado por completo al compás cubano de ‘Estrellas de Buena Vista y más’. La glorieta de San Francisco volvió a ser el escenario idóneo para que el público dispusiera de los 800 asientos colocados para la ocasión.

Sillas que se hicieron pocas y que a medida que el concierto creció en intensidad perdieron su utilidad: el público prefirió seguir el compás bailando a petición de los artistas y disfrutando de un homenaje irrepetible.

El repertorio de ‘Estrellas de Buena Vista y más’ transportó al público a los acordes y ritmos más caribeños y queridos de la música tradicional cubana. Una música que no se hizo esperar porque aunque a los latinos les cuesta arrancar, el concierto comenzó con solo 10 minutos de retraso. Apremiaba el derbi futbolístico, aunque la música cubana fue el primero en meter un gol. Y por la escuadra.

Fueron aproximadamente dos horas de una música que, aunque date del principio y mitad del siglo XX, la gran mayoría de generaciones de canarios puede tararear y aún más bailar. Uno de los grandes momentos de la tarde, aunque ya había caído la noche, fue la interpretación del clásico ‘Guantanamera’. Toda la glorieta bailó y coreó un estribillo universal que ha dejado huella. 

El gentío se dejó sentir en el casco de Garachico que por momentos pudo haberse convertido en algún rincón de La Habana vieja. Además de por su arquitectura colonial, por el son, el bolero cubano y la salsa. Algunos también sintieron encontrarse en Santa Cruz de La Palma aunque sin vestimenta blanca ni polvos talco. 

Es bastante probable que el recuerdo de este concierto quede en la memoria de todos los que disfrutaron al entonar «quizás, quizás, quizás» acompañando a la dulzura de Arahí. Y si no es así, ahí queda esta crónica que es la testigo de que la música tradicional y de raíz cubana está más viva que nunca.