Más ganado y más asistencia de público. Ese es el balance que se puede hacer de la Festividad de San Antonio Abad en Los Silos, celebrada este domingo, 22 de enero. El buen tiempo propició que miles de personas se dieran cita en la Villa para participar de las ferias de ganado y de artesanía que desde primera hora de la mañana centraban la actividad del casco histórico.
La pega, una vez más, estuvo en la falta de aparcamiento. Con la principal bolsa de estacionamiento habilitada como recinto ferial y medio casco cerrado al tráfico para la procesión, muchos visitantes tuvieron que armarse de paciencia para poder dejar su vehículo relativamente cerca. Se trata de un problema con difícil solución, que aflora solo y de forma esporádica durante los grandes eventos en el pueblo.
En lo que respecta a las actividades, el aspecto más positivo estuvo en una mayor presencia de ganado vacuno. También, más de una década después, un rebaño de ovejas pisaba las calles de Los Silos. Los más tardíos fueron los caballos, aunque también aparecieron en número considerable. Lejos queda, eso sí, la multitud de cabezas de ganado que antaño copaban la celebración. La cabaña comarcal ha mermado de una manera tan considerable en los últimos años que conseguir traer animales del Norte de Tenerife se antoja cada edición una verdadera proeza para el Ayuntamiento. Ni siquiera las cabras de Teno Alto vienen ya a Los Silos.
Por lo demás, los vecinos volvieron a volcarse y trajeron a sus mascotas para recibir la bendición. Reinaron, como no podía ser de otra forma, los perros; pero también hubo buena presencia de pájaros, tortugas y otros animales menos comunes como una iguana o un águila.
Otra de las novedades fue la participación de La Guanchería de Los Realejos, un grupo folclórico presente en la mayoría de romerías de la isla que busca imitar a los emblemáticos bailarines de El Hierro pero que nunca había estado en Los Silos. Hecho este, nada extraño, si tenemos en cuenta que la fiesta de San Antonio nunca ha sido una romería, pese al empeño de algunos por intentarlo año tras año. Chocante fue la mezcla musical entre los pitos y tambores de La Guanchería con las marchas procesionales de la banda de música Nueva Unión y que casi llegó a desvirtuar la procesión de la imagen por las calles de Los Silos.
Con la llegada de San Antonio a la plaza y tras una alusión directa del nuevo párroco contra toda clase de maltrato animal, el agua bendita fue cayendo sobre mascotas y ganado presente que desfilaban por delante del convento de San Sebastián. Con el regreso del santo a la parroquia de la Luz finalizaba el acto central del día pero no la fiesta, que continúa hasta última hora de la tarde con la feria de artesanía y alguna que otra parranda en la plaza.
