Era la primera vez que un evento de este calado y del ámbito murguero se celebraba en la comarca. Garachico, gracias a la fundación de Ferrusquentos en 2014, entró a competir en la liga de la organización del Concurso de Murgas del Norte.

Sí. Verbo usado: competir. En los foros internos todos comparan la organización de cada uno de los municipios. Además, el ansia por hacer las cosas bien y «estar a la altura» se notaba en las redes sociales.

Ha sido un concurso mojado

Ha sido un concurso mojado. Marcado por los números de un cronómetro que en ocasiones jugó malas pasadas y en otras no quiso ser parte del juego. Una pieza fundamental del concurso, un elemento que debía estar más controlado para que pudiera controlar y no levantar desconfianza entre el público.

No obstante, el jurado y su secretario lo controlaban de manera escrupulosa de otra forma. Se notaba porque no paraban de moverse de adelante hacia atrás miembros de la organización. Salvaron la papeleta y el cronómetro no causó problemas en sí. Solo lo hizo a aquellos que lo hicieron invisibles a sus ojos.

Un recinto cerrado

La meteorología fue la protagonista, sin duda. Retrasos, aplazamientos, suspensiones, lluvia, viento y frío. Era un castigo para los que formaban de alguna manera parte del concurso. El tiempo atmosférico quiso dejar claro algo: la cita murguera del norte debe celebrarse en un recinto cerrado. Es un debate superado en la zona metropolitana de Tenerife aunque en Las Palmas quieran seguir en el emblemático parque de Santa Catalina.

Todos abren el debate de dónde hay un recinto cerrado. Otros durante el concurso dejaron caer que Garachico podría ser sede fija por su buena organización. Pero no se tendría techo. Por lo que cabe pensar que sería el momento de pedir a entidades supramunicipales un recinto cerrado con capacidad para albergar grandes eventos y que quede a medio camino de todo el norte. Una infraestructura que pudiera compartirse y así evitar que los papeles, el cronómetro, la pantalla, el sonido y todo se moje.

Fue un concurso lleno de poros

Por otro lado, fue un concurso lleno de poros. El hecho de que el veredicto del jurado estuviera en las redes sociales mucho antes de que se conociera en el campo de fútbol de Garachico levantó muchas ampollas. Y también dudas sobre la configuración del jurado. Ensombreció la final y muchos se preguntan quién fue el atrevido. La afición y algunos murgueros se indignaron y se preguntaron por qué alargaron tanto la comunicación del veredicto si lo sabían ya.

Quizás el jurado debería someterse a ciertos parámetros de confidencialidad que impidan este tipo de hechos que nublan la calidad del concurso. Se desconoce si ya existen pero lo que está claro es que el nivel de los componentes del jurado es algo cuestionable.

Una constelación llamada Ferrusquentos

Los astros debieron alinearse durante el concurso. Quizás los astrólogos de Garachico, Ferrusquentos, lo sabían ya. Sus actuaciones fueron propias de una constelación de estrellas si las comparamos con los años anteriores. Se notó que estaban preparados para pasar a la final. Hicieron la tarea durante los meses de ensayo y eso tuvo la recompensa de hacer un buen papel en su pueblo, delante de su afición y en un marco organizativo más que a la altura del resto. Han mejorado y ese es el sabor genérico de la gente.

La murga garachiquense, Ferrusquentos, participó en su segunda final desde su fundación en 2014

Fue una experiencia mojada y fría, acompañada de chocolate caliente y llena de tecleos incesantes. Fue un placer y un desgaste físico y mental. Pero no hay nada como trabajar en casa y rodeada de gente que le gusta el carnaval. No sabremos si se volverá a repetir esta efeméride carnavalera en la comarca. Sea como sea, DAUTE DIGITAL volverá a estar ahí.

 

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Más de una década al servicio de la comunicación