La ermita del Buen Pastor en el barrio de San Pedro luce una nueva imagen en uno de sus laterales. El martes 15 de marzo algunos vecinos del barrio garachiquense vieron desde la carretera cómo habían pintado un lateral de la ermita con varios grafitis.

Según varios vecinos de la zona, el lunes 14 vieron a varias personas en lo alto de la finca donde se encuentra la ermita con luces. No obstante, no pensaron que estarían pintando la pared. En concreto, una vecina del barrio de San Pedro estuvo el día anterior en los alrededores y ya había algunas pintadas más pequeñas.

Además, aseguran que varias zonas del barrio de Las Cruces también tienen pintadas y que han saqueado tejas y madera de la casa que se encuentra muy próxima a la ermita del Buen Pastor y que se conoce como ‘la casa de las brujas’.

El párroco de Garachico, Domingo González Ruiz, ha aseguro que el hecho vandálico se ha comunicado al Ayuntamiento de Garachico. La ermita es de propiedad privada al estar dentro de una finca. «La parroquia de San Pedro la usa desde hace mucho tiempo y la conserva. Sin embargo, debido a su ubicación nos es imposible estar siempre allí. No sabemos quién pudo haber sido», explica a DAUTE DIGITAL. El cura añade que no se celebra culto en esta ermita desde antes de la pandemia del COVID-19 debido a las restricciones de aforo.

La ermita del Buen Pastor data de principios del s. XX. Fue la primera ermita en construirse en Tenerife en esta centuria. Además, es uno de los poco templos que tiene una talla del Buen Pastor en la isla. Se trata de un oratorio particular, propiedad de Laura Salazar y Benítez de Lugo.

Este pequeño y peculiar templo descansa sobre las lavas de uno de los brazos del volcán que arruinó la Villa y Puerto en 1706. Sobre el arco de su puerta hay una pequeña placa de piedra en la que se puede leer: ‘Ermita del Buen Pastor, 1907’. Está orientada de norte a sur y su puerta y el altar miran hacia la hacienda de La Quinta Roja.

 

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Más de una década al servicio de la comunicación