Diego Pun Ediciones acaba de publicar dos nuevos volúmenes de la colección de Leyendas canarias con las que la editorial invita a «descubrir, desde un nuevo ángulo, la tradición de nuestro pueblo».
En esta ocasión, los protagonistas son los barrancos y los árboles. Cecilia Domínguez, Pepa Aurora y Ernesto Rodríguez Abad son los autores de un total de 24 leyendas, 12 por cada libro, ilustradas por Nareme Melián y Patricia Delgado. Lo que cuentan los barrancos y A la sombra de las palabras recogen, según la editorial «las historias que muchos de nosotros oímos de pequeños en boca de nuestros abuelos y abuelas».
Como en las anteriores recopilaciones de leyendas, la Isla Baja tiene un papel destacado, con un total de cuatro relatos entre los dos libros. «Cuando iniciamos la colección, me propuse incluir alguna leyenda de la comarca en cada uno de los tomos, porque pocas veces se publican leyendas canarias de aquí y es necesario rescatar aquellas de los lugares de los que poco se ha hablado», explica Ernesto Rodríguez Abad, recordando que «la tradición oral en la Isla Baja ha sido muy fuerte y todavía se transmite muchísimo».
Relatos de Buenavista, Garachico y Los Silos tienen cabida en las leyendas de barrancos. Es el caso de Juan López, el silencio del viento, «una leyenda de piratas maravillosa donde en realidad el protagonista es este barranco» del macizo de Teno.
Los Silos tiene su hueco con El barranco de las Yboras (actual Sibora), a través de la leyenda del último mencey de Daute, Romén, del que se dice que tenía su morada en una cueva del barranco. «Parto de una creencia popular y empiezo a construir artesanalmente la historia, no en base al rigor histórico», advierte Rodríguez Abad.
La Isla Baja también tiene espacio en A la sombra de las palabras. Ocurre con Barbusano silencioso de Los Silos, el valioso ejemplar que preside el antiguo caserío de Cuevas Negras —«Covas Negras, como me gusta llamarlo a mí»— y que está considerado como el barbusano más grande del mundo al no conocerse otro de mayor envergadura en las islas de la Macaronesia, donde crece.
«Es un árbol inmenso que está en uno de los lugares más hermosos de Tenerife, que significa tanto para la Isla Baja y con el que fue extraordinario poder recordar lo que de él me contaban de pequeño», dice su autor.
Estas leyendas, junto a otras del resto de islas del archipiélago escritas por Cecilia Domínguez, Pepa Aurora y el propio Ernesto Rodríguez Abad, estarán disponibles en las librerías de Tenerife y de diversos puntos del territorio nacional a partir del próximo miércoles, 10 de marzo.