Garachico se enfrentaba este sábado a la primera alerta por fenómenos costeros con incidencia exclusiva en el litoral del pueblo. La previsión de olas de 4 a 5 metros recomendaban al Ayuntamiento cerrar al tráfico las avenidas Tomé Cano y Adolfo Suárez ante la «alta probabilidad» de que el mar saltase a la carretera, especialmente, en la zona del campo de fútbol.
Las previsiones se cumplieron y, en torno al mediodía, coincidiendo con la pleamar, algunas olas llegaron a la avenida Adolfo Suárez, aunque de forma poco significativa. No ha habido que lamentar ningún daño material.
Sin embargo, el cierre de la TF-42 entre la sede de Cruz Roja y el castillo de San Miguel, que permanecerá hasta mañana domingo, ha afectado de manera notable al tráfico, que se ha desviado por el interior del casco histórico como es habitual en estos casos.
A pesar de que la Policía Local había regulado el paso de vehículos con semáforos automáticos, la intensidad de la circulación fue aumentando en torno a las 12.30 del mediodía y fue necesario la intervención de los agentes y del personal voluntario de Protección Civil para intentar aliviar la congestión.
Los mayores problemas se dieron en la plaza Constanza de Ponte, junto a la sede de Cruz Roja, donde se produce un cruce del sentido de la circulación. Las retenciones dirección Los Silos llegaban más allá de la ermita de San Roque y afectaban también a las calles San Sebastián y Eutropio Rodríguez de la Sierra hasta la glorieta de San Francisco.
Paralelamente, aunque en menor medida, la calle Esteban de Ponte registraba también retenciones sentido Icod. Parte del tráfico fue desviado hacia los barrios de El Volcán y Los Reyes para evitar mayores problemas de congestión.
El alcalde de Garachico, Heriberto González; la viceconsejera de Medio Ambiente y Seguridad del Gobierno de Canarias, Blanca Pérez; y la meteoróloga Victoria Palma recorrieron la avenida marítima durante parte de la mañana para observar la evolución del oleaje.