Glorioso(s) en su adversidad

La recuperación de Garachico se está llevando a cabo desde la semana pasada gracias al impulso de decenas de mujeres y hombres que aman a la Villa y Puerto

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Hace ya una semana que el mar hirió a Garachico. No era, ni mucho menos, la primera vez. La historia guarda numerosos episodios en los que las olas han intentado recuperar el territorio que el volcán y el desarrollo del pueblo le arrebataron. El mar y Garachico. Garachico y el mar. La convivencia nunca ha sido buena a pesar de que ambos se necesitan. 

El del 17 y 18 de noviembre será recordado no solo por ser uno de los mares de leva más agresivos que se recuerdan —que también—, sino por ser el más fotografiado y grabado de la historia. Cansados estamos ya de ver vídeos y fotos circulando por las redes sociales de algo que todos firmaríamos con que hubiese quedado en una simple pesadilla.

Nosotros también tenemos parte de esa culpa. No la eludimos porque era nuestro deber informar de cómo el mar se estaba cebando aquella noche con el pueblo. Pero, una vez pasada la noticia, las imágenes deben ser otras. Y este artículo tiene vocación de propiciarlo.

Garachico es glorioso en su adversidad. Lo dice el lema que remata su escudo heráldico. La frase comenzó a inundar —perdón por el verbo— desde la madrugada del domingo el Facebook de muchos garachiquenses y personas que llevan la Villa y Puerto en el corazón. Glorioso en su adversidad porque, tras pestes, incendios, temporales y volcanes, el pueblo siempre se ha levantado. Volverá a hacerlo en pocos meses. Nadie lo duda.

Pero ser glorioso en su adversidad no puede quedarse en una declaración de intenciones respecto a un futuro más o menos próximo. La semana pasada, cuando peor lo estaba pasando el pueblo, hubo mucha gente que demostró ser gloriosa en la adversidad, en presente.

Gloriosas en su adversidad fueron las decenas de personas que, nada más remitir la peor ola del sábado, la de las 21.20 de la noche, comenzaron a retirar piedras y escombros de la zona del Sioux para que el tráfico pudiera seguir pasando (esa era la intención) sin grandes dificultades. Los mismos garachiquenses contra los que muchos despotricaron en las redes por su supuesta imprudencia fueron los primeros en ponerse a trabajar para arreglar lo estropeado.

Gloriosos en su adversidad, también, los efectivos de Bomberos de Tenerife que, contemplando los más diversos escenarios, no pararon hasta que consiguieron evacuar a los vecinos del edificio Tomé Cano, atrapados por la incomprensible ausencia de una salida de emergencia que algún día puede dar un disgusto mayor.

Gloriosísimos en su adversidad fueron los operarios municipales del Ayuntamiento, trabajando casi sin descansado desde la madrugada del domingo hasta que todo comenzó a volver a la normalidad. Mención especial merecen concejales como Andrés o Elvis, que incluso llegaron a cargar a hombros la escalera de los bomberos; o el aparejador municipal, Dani Gutiérrez. También el resto de ediles de la corporación y Berto, el alcalde. Sus caras el pasado lunes reflejaban todo lo vivido en menos de 48 horas.

Gloriosos en su adversidad los voluntarios de Cruz Roja que desplegaron con admirable rapidez el improvisado hospital y albergue en el pabellón municipal para acoger a los evacuados, a los que previamente acompañaron desde sus viviendas. Garachiquenses como José Morales, que llevaba de servicio todo el sábado y se incorporó en la madrugada del domingo, merecen un monumento. Reconocimiento también para los demás efectivos de seguridad que cuidaron el pueblo durante las siguientes horas: Policía Local, Policía Canaria, Guardia Civil y Protección Civil.

Muy gloriosa en su adversidad la Isla Baja, representada en la encomiable predisposición de los ayuntamientos de Buenavista, Los Silos y El Tanque para echar una mano a Garachico en todo lo que fuese posible. «Hacer comarca también en los malos momentos», escribían muchos en Facebook. Y así fue. Ahora el reto está en seguirlo siendo en el futuro, pase lo que pase. Juntos, somos infinitamente más fuertes.

Gloriosos en su adversidad los propietarios de la decena de negocios afectados. Solo ellos saben realmente por qué. Y muy gloriosos, muchísimo, el resto de comercios que desde el primer minuto comenzaron a poner su granito de arena para arropar a sus compañeros. El Día de Reyes, el ‘café compañero’ dará el mejor de los regalos. Ya lo verán.

Gloriosos en su adversidad Los Ferrusquentos, cantando a su pueblo cuando más lo necesitaba. Muchos de ellos vivieron en primera persona la desgracia y ayudaron en todo lo que se pudo. Su canto a Garachico desde el mirador de San Pedro tras el ensayo del lunes es pura maravilla para los oídos. Quien escribe estas líneas difícilmente podrá olvidar el escalofrío que recorrió su cuerpo el martes a las 5.45 de la mañana cuando, tras abrir Facebook por primera vez en el día, se topó con esa joya. Pero eso ya es otra historia.

Y sí, gloriosa en su adversidad la Villa y Puerto de Garachico. Con todas las personas que la conforman, porque sé que dejo atrás a muchos en este artículo. Será cuestión de meses volver a recuperar la habitual estampa de la avenida marítima. Pero no se preocupen. Los cimientos (personales) ya están puestos en el pueblo. Y desde hace años, afortunadamente. Basta con conservarlos.

Saldrán (saldremos) adelante.

Codirector de DAUTE DIGITAL y redactor en COPE Canarias. Grado en Periodismo por la Universidad de La Laguna y Máster en Innovación en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández de Elche.