El Polideportivo de Genovés acogió desde el 15 de mayo y hasta el 29 de julio las clases de patinaje en línea. Alrededor de 22 niños de entre 5 y 14 años procedentes en su mayoría del barrio anfitrión y de San Juan del Reparo (aunque también de Icod de los Vinos y Buenavista) se acercaron un poco más a esta disciplina con entrenamientos, juegos y mucha diversión.
En toda la comarca Ycoden-Daute, Garachico es el único lugar donde se lleva a cabo esta actividad, organizada por la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Garachico y desarrollada por la empresa orotavense La Tribu Animación, especialistas en actividades extraescolares. Además, también coordinan la clases de patinaje artístico en el polideportivo municipal de la Villa y Puerto.
En noviembre de 2016, Genovés recibió por primera vez estas sesiones, pero en abril de 2017, debido a las obras en el centro deportivo, se vieron obligados a cancelarlas. En ese momento, únicamente 8 niños asistían a esta actividad. Sin embargo, un año después la hoja de inscripción duplicó sus participantes e, incluso, con el paso del tiempo, se fueron sumando más niños y niñas dispuestos a pasarlo bien y a disfrutar.
Aprendizaje sobre ruedas
Desde mayo, cada martes y jueves a las 18.00 horas, el ‘Poli’ (como se conoce el polideportivo de Genovés) recibe a los mismos visitantes: niños con cascos, rodilleras, coderas, guantes y patines. La monitora, Virginia García, natural de Icod de los Vinos, da un pitido y automáticamente el suelo del recién inaugurado centro deportivo se convierte en una pista de patinaje en línea.
Los hay grandes y pequeños, rápidos y lentos, ágiles y no tan ágiles, aunque todos comparten la ilusión y las ganas de aprender. García les prepara circuitos, tareas y juegos y con suma tranquilidad, sin un ápice de miedo y a su ritmo, cada uno va sorteando los diferentes obstáculos (que en ocasiones llegan a ser los propios compañeros).
«El aprendizaje ha sido muy rápido» comenta la monitora, «pensé que iban a tardar más en quitar el miedo, sobre todo». Es la última clase hasta septiembre y en esta ocasión los padres están de espectadores, aunque previamente han sido advertidos de que no podrían alarmarse si veían caer a sus hijos.
«Hay que dejar que se caigan»
Según García, «hay que dejar que se caigan, tienen que romper las rodilleras, las coderas y los guantes, así se aprende». Por esa razón, lo primero que aprendieron estos niños patinadores fue la posición de seguridad: caer hacia delante sin hacerse daño.
Después de dos meses y medio los niños son sinceros: «Al principio me enfadaba cuando me caía, pero ahora casi nunca me pasa». Después de horas y horas de entrenamiento son capaces, no solo de patinar sin miedo, sino de hacer figuras como la araña, a desplazarse en zig-zag y a dos puntas e incluso a ponerse en dos ruedas.
«Tenemos muchas ganas de volver a empezar»
Cuando se les pregunta por la experiencia y si les gustaría repetir las respuestas son unánimes: «Nos lo hemos pasado muy bien porque nos hemos divertido un montón y tenemos muchas ganas de que llegue septiembre para volver a empezar».
No es solo por el patinaje
«Esta iniciativa me ha parecido muy buena», comenta una madre, «es algo que a ellos les gusta». A través de cartelería, Facebook y sobre todo WhatsApp, el consistorio se puso en contacto con las familias: «Desde que me enteré se lo dije a mi hija y enseguida quiso apuntarse».
Aunque admiten que al principio tenían un poco de miedo por lo que les podría pasar a sus hijos, los padres de los pequeños lo tienen claro: «Estamos contentos no solo por lo que han aprendido con los patines, sino también con todas las cosas restantes como por ejemplo a trabajar en equipo».
«Lo que yo quiero aquí es que no solo aprendan la disciplina, sino que aprendan primero a ser personas, a respetarse y a saber estar con un grupo diferente», explica la monitora, pero eso sí «siempre pasándolo lo mejor posible».
Según los padres esta actividad, entre otras cosas, ha ayudado a que pierdan la vergüenza, y les ha enseñado a colaborar y a estar comprometidos con un grupo. Todo ello se vio reflejado en la exhibición que protagonizaron en la clausura de las actividades extraescolares del AMPA y las escuelas municipales el pasado 29 de junio en el pabellón municipal de Garachico.
Ya hay una base
La Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de la Villa y Puerto tiene muy claro que retomará las clases en septiembre: «La aceptación ha sido bastante buena, además de que ya hay una base que nos permitirá mejorar». De hecho, según los padres, si no es así «nos pondremos nosotros mismos a darlas».
La idea de llevar a cabo esta actividad en Genovés, según el consistorio, fue la de que este barrio representase a las medianías como punto céntrico, a lo que se le sumó el hecho de que su polideportivo reuniese todas las condiciones necesarias (techado, vestuarios, pavimentos, etc.). Sin embargo, esto no ha sido un precedente de exclusión para el resto de barrios, ya que cualquier niño, independientemente de su procedencia (incluso de fuera de Garachico) puede participar en las clases.
«Han superado las expectativas de participación»
A pesar de que las familias están contentas con la actividad, proponen que se lleven a cabo otras diferentes como gimnasia rítmica, aeróbic e incluso zumba para los padres paralelas a las clases de los niños. Ante esto, desde el Área de Deportes se está estudiando las posibilidades para satisfacer estas peticiones, entre otras cosas porque con las clases de patinaje «se han superado las expectativas de participación».
Con la llegada del verano el número de niños que acudían a patinaje ha disminuido, razón por la que el consistorio y los padres decidieron ponerse de acuerdo y pausar las clases en agosto. A pesar de que ello, los patinadores y patinadoras no pierden las ganas y animan a más niños y niñas a participar en septiembre: «Apúntense para que hagan nuevos amigos y lo pasen tan bien como nosotros haciendo lo que más nos gusta: patinar».
