Una sonrisa constante y el desparpajo natural de una adolescente combinado con momentos de timidez. Esa puede ser, a primera vista, la carta de presentación de Paula Palmero. Lo que uno no imagina es que detrás se esconde una deportista de ideas claras y de más de 20 medallas en el cuello. Revalidó el título de Campeona de Canarias de tenis de mesa, o ping-pong, en los Juegos Escolares el pasado fin de semana.
A este triunfo individual también se le une un segundo puesto en dobles y el primero por equipos. Palmero lleva cosechando éxitos en este mundo desde hace varios años, llegando a competir a nivel nacional y consiguiendo el primer puesto de la consolación en el campeonato de España. «Me enfrenté a rivales muy duros. Casi todos de CAR (Centro de Alto Rendimiento). Aquí hacen falta centros así en los que motivar a la gente nueva», asegura hablando del ámbito regional.
«En Canarias se desaprovecha el talento»
Canarias, a la cola
La deportista garachiquense piensa que en este sentido «Canarias está a la cola. Hay buenos deportistas pero falta motivación. Aquí se desaprovecha el talento», dice. Hace referencia al detalle de la imagen: «cuando hemos ido a competir fuera todos los equipos de las diferentes comunidades dan apariencia de uniformidad por sus equipaciones. Los canarios no dábamos buena imagen», argumenta. En ese sentido reclama más ayuda para un deporte minoritario como es el tenis de mesa y añade que «no hay apoyo porque no es un deporte muy conocido».
En este sentido hace un llamamiento al Ayuntamiento de Garachico reclamando más difusión para que la gente sepa que hay un club en el que poder practicar esta disciplina y aportación económica ya que este conjunto no recibe ninguna subvención del consistorio. Prakan del norte es el equipo al que ahora mismo pertenece Palmero. Un club con una dilatada trayectoria y en el que ha decidido jugar desde el año pasado de manera más distendida después de una temporada jugando a otro nivel. «Sentí un poco de presión porque era la mayor del equipo, entrenaba en Santa Cruz varios días a la semana y jugaba los fines de semana. Decidí tomármelo más como un hobbie», declara a DAUTE DIGITAL.
Paula Palmero llega al mundo del ping-pong gracias a su padre, Luis Palmero. Ella con 11 años practicaba gimnasia rítmica y al salir de una de sus clases su padre estaba entrenando y decidió pelotear. Hasta el día de hoy. «Me gusta pero no como para dedicarme a él. Es un deporte individual pero siempre se compite por equipos», asegura y cuenta que con el Prakan del norte juega en 3ª división porque al haber una mujer el equipo no puede ascender. «Así lo establece la federación. Es un deporte machista», define.
«Mi golpe preferido es el mate»
Su mejor partido no fue fácil elegirlo pero en seguida recuerda una de las remontadas que hizo en Juegos Escolares cuando iba perdiendo dos sets a cero y consiguió ganar el partido finalmente. «Cada partido es un mundo porque cada contrincante tiene una manera de jugar», destaca. No obstante, si que tiene claro que los mates son su golpe favorito y también el top-spin desde atrás de la mesa: «es como pelotear pero alejado de la mesa», explica. Y añade que «también me gusta hacer dejadas en la red para ver correr al rival», sonríe.
Salud y bienestar
Felicidad, satisfacción, superación… esas son las palabras que la adolescente pronuncia al preguntársele qué significa para ella el deporte. «El deporte es saludable y me hace sentir bien. Me ha dado momentos que han marcado mi vida», tiene claro. Por otro lado, enumera todos las disciplinas deportivas que le gustan: «correr, nadar, bici, escalar, tenis… me gustan todos», dice y se ríe.
Palmero tiene claro que su vida profesional estará ligada al mundo del deporte. Pero no dedicada a ella al 100%. Son pocos los adolescentes que a esta edad ya saben a qué quieren dedicarse en el ámbito profesional. De momento, la garachiquense baraja ser parte de algún cuerpo de Seguridad, profesora de Educación Física o tal vez instructora de gimnasio.