Buenavista sorteó la inestabilidad meteorológica del último domingo de enero y pudo celebrar sin mayores complicaciones la feria de ganado y romería en honor a San Antonio Abad. Miles de personas se congregaron tanto en el recinto ferial de Triana como en el centro del casco histórico para vivir una cita con la tradición ganadera de la comarca —en especial, del macizo de Teno— y con la primera cita romera del año en Daute.

El sol comenzaba a iluminar el municipio cuando los cabreros de Teno Alto bajaban hasta Casablanca con sus rebaños. Para Alexander López, reconocido por la excelencia de sus quesos y por la casi excepción de trabajar en la ganadería con su juventud, era la primera vez que acudía con sus cabras a San Antonio. Un día especial que comenzó muy pronto, cerca de las 2 de la mañana, cuando subió al caserío para ordeñar al ganado antes de bajar el imponente Risco de Teno. Abajo se unieron a los rebaños de María y Martín que descendieron por otro camino.

En Triana se echaron en falta algunas cabezas de ganado, en especial, vacuno, pero no público. La procesión de San Antonio, precedida por La Guanchería, llegaba al recinto tras la misa en la iglesia de Ntra. Sra. de los Remedios para proceder a la bendición de los animales. El párroco rociaba al ganado con agua bendita mientras la fiesta se iba formando en el barrio. Varias parrandas se fueron formando en los bares y calles, antes de que la romería se pusiese en marcha.

A la hora prevista, las 2 de la tarde, una fina pero molesta lluvia hizo acto de presencia en la salida de la comitiva desde Triana, que obligó a acelerar un poco el ritmo pero sin reducir el recorrido de la romería. El agua cesó al poco tiempo y, ya con la calma habitual, San Antonio llegó a la plaza de los Remedios alrededor de las 4 de la tarde.

A los pies de la iglesia se entregaron los premios a las mascotas, ganado y carretas por parte del alcalde, Antonio González; la concejala de Cultura y Fiestas, Ángeles González; el consejero de Ganadería del Cabildo de Tenerife, Javier Parrilla; y resto de autoridades.

Tras el paso de la romería comenzó el baile en la plaza y los cabreros emprendieron el camino de vuelta, risco arriba, hasta Teno Alto. La tradición pervive.