Un paraje idílico, cuatro días de convivencia y la posibilidad de conocer a algunos de los referentes en literatura de naturaleza y mundo rural. Esto es Letras Verdes, encuentro nacional de literatura de naturaleza y mundo rural que se celebrará del 16 al 19 de noviembre en el Valle de El Palmar. Un enclave dentro del Parque Rural de Teno, la joya ambiental de la corona que es la Isla Baja. DAUTE DIGITAL charla con su promotor Juan José Ramos para conocer de primera mano un evento pionero en España y que no quiere quedarse en una simple semana, sino que tenga continuidad durante todo el año. 

– ¿Cuáles son las principales novedades de esta segunda edición? 

Una de las novedades es trabajar desde lo local para hacer un evento nacional. Inicialmente fue algo pensado para la comarca, pero nos hemos dado cuenta de que este es un evento pionero en toda España. Eso ha sido gracias a compartir con profesionales del sector. No solamente escritores, sino otros agentes relacionados con lo que es la literatura de naturaleza. Que esa es también otra de las novedades de este año: el año pasado nos centramos en escritores o periodistas asociados y este año queremos ver las distintas figuras. Pues hay ilustradores, editores, libreros que van a contar su experiencia. Queremos hacer un recorrido del libro, desde la idea hasta que los vemos en la estantería. 

– ¿Cuántos eventos de este tipo puede haber en España?

Hemos estado hablando con otros compañeros y hay uno que se celebró en Barcelona, pero ya no se está celebrando. Y en Madrid, ahora el encuentro de literatura Eñe tiene una sección dedicada a naturaleza. Un evento exclusivamente de literatura de naturaleza y mundo rural que se celebre donde se tiene que celebrar (que es el en el mundo rural) nosotros no lo conocemos. 

– ¿Es incoherente hablar de naturaleza y mundo rural desde la ciudad?

No creo que sea incoherente. Al final, ¿quién es coherente al 100%? Creo que lo que sí es interesante es acercar a los espectadores a los espacios donde pueden suceder las historias. Creo que al acercarnos al mundo rural se enriquece la experiencia del espectador, del lector… incluso puede ser fuente de inspiración para algunos de los escritores o editores que vienen al evento. 

– Se puede decir que tiene una base empirista, experiencial…

La clave de Letras Verdes es la experiencia. En el fondo por qué leemos para creernos el Quijote, el imaginarnos, soñar e intentar tener experiencias a través de la lectura y la imaginación. Eso es un poco lo que tratamos de hacer nosotros aquí. 

Desde el primer momento está diseñado para tener una experiencia. Los participantes se alojan en Bolico, conviviendo durante cuatro días y conociendo el Valle de El Palmar, el Parque Rural de Teno. Queremos fomentar la convivencia y que de ahí salgan proyectos… como si fuera una residencia artística pero entre varias personas. 

«Queremos fomentar la convivencia y que de ahí salgan proyectos»

– También con perfiles distintos, ¿no?

Intentamos que venga gente de distintos lugares de España con perfiles muy variados y que el eje transversal sea la literatura de naturaleza y el mundo rural. El mundo rural visto desde todas las perspectivas. Desde la España vaciada como enfoca Virginia Mendoza; como lugar de visita o de viaje como hace Ander Izagirre con ‘Vuelta al país de Elkano’, un viaje en bicicleta por los pueblos del País Vasco; por la búsqueda de anécdotas relacionadas con la naturaleza como hace Antonio Sandoval o poniendo en valor pequeñas tradiciones como ha hecho Antonio Aguilera con ‘Jarampa’ y otros libros. Es el mundo rural con distintos enfoques. 

Además, es un evento que fue diseñado para darle continuidad. Es decir, no fue porque salió una subvención, tenía encaje y dijimos «venga vamos a hacerlo». 

– O sea que Letras Verdes existía en la mente de Juan José Ramos desde hace mucho tiempo, ¿no?

Letras Verdes existía en la mente de varios amigos. Aunque sea yo la cara visible, lo he hablado mucho con otros amigos de la comarca, de Los Silos, de Buenavista, de Garachico… pero también con Antonio Sandoval he tenido varias conversaciones por teléfono, con Carlos Lozano, con Antonio Aguilera… incluso con compañeros del País Vasco que no han podido venir pero que hemos estado diciendo «esto es una idea que deberíamos materializar algún día».

De hecho, la primera vez que se celebró no teníamos claro si iba a ser un evento que se hiciera en El Palmar, en Buenavista del Norte, o que itinerara por España. Un año en cada lugar. Después ves la acogida que ha habido por el Ayuntamiento de Buenavista del Norte, sobre todo de Esteban Lorenzo y Antonio González -concejal y alcalde del consistorio buenavistero, respectivamente- que se han volcado por sacar el evento adelante.

Hay que hacer que la gente se mueva y que nos conozcan. Que no nos conozcan  solo por sol y playa, el Loro Parque y los cuatro sitios que mostramos, sino también… ¿por qué no te puedes venir y quedarte dos semanas en El Palmar para inspirarte y escribir tu libro o pintar? Es decir, tenemos que empezar a vender los espacios naturales y rurales de Canarias como lugar o fuente de inspiración. Le podemos dar un valor económico o un valor desde el punto de vista biológico, pero también el paisaje deberíamos empezar a conservarlo como lugar de inspiración. 

Un espacio que inspira tiene también un valor porque al final esa inspiración se convierte en obras de arte. Grandes obras de arte están ambientadas en paisajes concretos. Por eso, es importante empezar a entender esto. Cuando digo obra de arte no solamente me refiero a artes plásticas, sino también a literatura o cine. 

– La consejera del área de Medio Natural, Isabel García, dijo en la rueda de presentación que «la sostenibilidad en este territorio -refiriéndose a la Isla Baja- está abriéndose paso como un modelo, como un ejemplo para otros lugares de la isla». 

En la rueda de prensa hubo dos momentos en los que se tiraron flores a la Isla Baja: uno fue en palabras de José Gregorio Pérez Medina, presidente del Consorcio Isla Baja, cuando hablaba de que «la capital cultural de Tenerife es la Isla Baja» y eso es algo que deberíamos empezar a valorar y a tener en cuenta.

El ecosistema cultural que se desarrolla en la Isla Baja no lo encontramos en otros rincones de la isla y lo bueno es que ya estamos en todos los niveles. Hay un público que es fijo, que asiste a ciertos eventos; un público que viene y por lo tanto, somos un motivo de turismo de interior asociado al turismo cultural. Tenemos creadores y profesionales de la producción y empresas ya especializadas en sonido, iluminación… es decir, estamos prácticamente cubriendo todos los pasos de un ecosistema, todos los agentes que forman parte de un ecosistema cultural como es el de la Isla Baja. 

– De hecho hay una mesa redonda dentro de Letras Verdes que es parte del preámbulo que se trata la cultura desde el mundo rural…

Sí, creemos que es importante la colaboración entre los eventos de la comarca para enriquecernos, para compartir, abaratar, facilitar la llegada de la cultura al público general. Vengo de un mundo en el que la colaboración entre profesionales es clave. De hecho, es algo que siempre hemos defendido en Birding Canarias y la gente que tenemos alrededor. Creo que nos pueden acusar de muchas cosas, pero de no intentar sumar gente a nuestros proyectos… eso sí que no. Hemos empujado muchas veces a gente para que se sume y empezar a trabajar, sobre todo, en comarca que creo que en eso todavía fallamos. 

En esta mesa redonda el objetivo es ese: ponernos de acuerdo creadores, productores, políticos y el público en crear un modelo comarcal de cultura. 

– ¿Cuáles son las principales recomendaciones para esta segunda edición? 

La principal recomendación es escuchar a Arturo Valledor de Lozoya el miércoles 16 a partir de las 18.00 horas en la biblioteca de Buenavista del Norte. Nos vamos a encontrar con una conferencia que probablemente no se vuelva a repetir de una persona que lleva más de treinta años trabajando con el dodo, una especie que es un auténtico símbolo dentro de la literatura. Lo hizo famoso fue Lewis Carroll con ‘Alicia en el país de las maravillas’.

Arturo Valledor de Lozoya recibirá el galardón Letras Verdes por su labor de divulgación sobre la naturaleza
Arturo Valledor de Lozoya recibirá el galardón Letras Verdes por su labor de divulgación sobre la naturaleza

No perderse a Virginia Mendoza, a Ander Izagirre… y sobre todo, darle el valor que tiene este evento. Hay dos presentaciones nacionales de libros: una de ellas es la de Carlos de Hita y la otra es la de Carlos Lozano. La mayoría de las presentaciones son las primeras en Tenerife. El libro de Antonio Sandoval es la primera vez que se presenta en Canarias. Estamos trayendo primicias desde el punto de vista editorial a las islas. 

– Aunque no se haya celebrado aún la segunda edición, ¿cuáles son los siguientes pasos de Letras Verdes? 

Queremos que coja peso la parte profesional y exista un mercado editorial. Me gustaría tener un mercado editorial. También nos gustaría llegar a los centros educativos, nos gustaría trabajar con un club de lectura para jóvenes en los institutos relacionado con la naturaleza, los viajes y el mundo rural. Además, organizar un certamen anual o bianual de literatura naturalística para jóvenes a nivel regional.

La idea es que Letras Verdes no sea algo que se celebre en una semana, sino que sea algo vivo y que se hable de literatura de naturaleza y mundo rural durante todo el año. Esa es la idea, que Letras Verdes sea algo dinámico.

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Más de una década al servicio de la comunicación