La problemática de la calle Santa Ana en Garachico ya es ampliamente conocida por los garachiquenses. No obstante y ante la inacción de la Justicia, Roque González Tosco, vecino de la calle; ha recurrido a los medios de comunicación para comprobar si es esta la solución a lo que él mismo ha definido como «una película de terror». Ha entrado en las ondas de COPE Canarias a causa del comportamiento incívico de un vecino de esta recóndita vía garachiquense.

Todo comenzaba hace aproximadamente dos años, cuando este individuo empezó a residir en la vivienda colindante a la escuela infantil ‘La casita amarilla’. Según Roque González, vino al cuidado del que «él decía ser su abuelo. Esta persona mayor finalmente está en la residencia de mayores de Garachico por la situación en la que se encontraba».

Muchas noches a la semana y también días, Jonay, este vecino problemático; arremete contra los vecinos con insultos, amenazas de muerte, robos y allanamientos de morada (en el caso de la guardería) bajo los efectos del alcohol y las drogas. «Él actúa sobre todo por las noches», explica González y soporta sus declaraciones con algunos audios que ha podido grabar y en el que se comprueban todos los improperios que grita al vecindario. Este es uno de ellos.

Roque González asegura que todo el vecindario vive con el miedo en el cuerpo desde hace dos años y se sienten impotentes ya que la Justicia sigue dejándolo suelto: «En octubre lo denunciamos por un altercado que hubo con mi madre y el juicio sale en abril. No saben la cantidad de meses que lleva mi madre sin protección en una calle que apenas mide tres metros de ancho», describe.

Además, explica cómo ha sido testigo en alguna de las causas pendientes de este individuo. Concretamente, acudió a declarar el pasado mes de febrero en un juicio por allanar la guardería por segunda vez, un centro en el que a diario acuden decenas de menores. «Fui a declarar como testigo y esa misma tarde este señor ya estaba en la calle. Ya no sabemos qué hacer y cómo hay que hacerlo», espeta.

«Son incontables las veces que ha venido la Policía Local y la Guardia Civil por diferentes altercados a lo largo de estos dos años», narra y afirma que han sido muy diversos los conflictos en la calle: violencia de género, peleas con otra persona conflictiva que empezó a vivir con él o robos de diferente índole.

Los vecinos de la calle Santa Ana están confiando en la Justicia y «estamos teniendo mucha sangre fría. Se lo comentas a alguien y lo que te dicen es ‘yo le pegaría’, pero esa es la parte fácil. Creo que las cosas hay que hacerlas de manera legal y no dejar que te convierta en lo que no eres, en un delincuente«, dice desesperado.

Por otra parte, González cuenta que lo que se oye por el pueblo «es que tiene una paga. No puedo asegurarlo al 100 %, pero no creo que una persona así tenga una paga donde le dan un cheque y se lo gasta en alcohol y en drogas. Creo que necesita otro tipo de ayuda».

«No sé cuál es el extremo de esto. ¿Ir a manifestarnos cuando tenga un juicio al juzgado? Esto pasa en la calle Santa Ana, que es una calle pequeña de Garachico, escondida, donde no se ve y parece que no está pasando, pero sí está pasando», concluye.

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Más de una década al servicio de la comunicación