Seguramente, los lectores imaginen que las entrevistas realizadas por los periodistas son serias y aburridas. Una mesa, dos sillas y dos interlocutores. Pero este no es el caso. Héctor Abad Faciolince, escritor colombiano encargado de inaugurar la vigésimo sexta edición del Festival Internacional del Cuento de Los Silos, decidió que quería realizar esta entrevista caminando por la costa silense. Tanto se le preguntó que dio para llegar hasta La Caleta de Interián.

La lectura previa del libro ‘El olvido que seremos’ (2006), biografía del padre del colombiano, descubre la radiografía de la familia Abad Faciolince. Más allá del personaje principal, un médico experto en salud preventiva asesinado en Medellín por grupos paramilitares, el escritor cuenta una historia familiar tierna, pero dolorosa.

«Para la familia ha sido algo muy bonito que el libro saltara a la gran pantalla. Mi mamá falleció en septiembre de este año y pudo ver la película dos veces. Para mí era muy importante que para ella fuera bueno», dice el colombiano. Además, reconoce que ha sido un libro escrito por la memoria de su madre, sus hermanas, alumnos de su padre y de amigos de la familia. «Este es un libro de todos y un libro que si ha tenido esta cantidad de lectores no es gracias a mí, sino gracias a que el protagonista -su padre- llevó una vida muy bonita», concluye.

Con Abad Faciolince se puede charlar de todo, prácticamente. A pesar de lo inverosímil de la entrevista, el paseo fue placentero. Respiraba a lo ancho de la costa, estaba maravillado con el mar. «Para nosotros que somos de las montañas, el mar representa mucho», decía. Se le veía tranquilo y en ningún momento le tembló la voz al hablar de la muerte, un tema muy recurrente en sus novelas. Precisamente, en ‘El olvido que seremos’ se habla del asesinato de su padre, pero también de la muerte de su hermana Marta: víctima de un melanoma con dieciséis años. Una de las partes más crudas de la novela.

«Se piensa que se espanta a la muerte por no hablar de ella»

«Me parece que la muerte es tan natural…», asegura de manera armoniosa. «Creo que la gente no habla de la muerte por miedo. Piensan que espantan la muerte por no hablar de ella. Uno domina la muerte un poco más si se habla de ella», añade. Su padre dejó en él la impronta de la prevención y cómo esta disciplina posterga el final de la vida. Tiene muy claro que «la perspectiva de la muerte y su presencia es lo que le da valor a la oportunidad de estar vivo». 

Una opinión atípica en una sociedad que evita hablar de la muerte. Ese tabú, como ya se ha mencionado, suele estar muy presente en sus novelas. Ahora mismo se encuentra inmerso en una novela sobre un cura que espera un transplante de corazón y antes de llegar la pandemia estaba escribiendo una sobre el periódico El Espectador. Un diario azotado por el cartel de Medellín: muchos periodistas fueron asesinados y por este motivo piensa que «es una novela que le debo a mis colegas de esa época que vivieron un tiempo terrible. La retomaré», satisfizo la curiosidad.

Ese acoso y la violencia vivida en la década de los ochenta del siglo XX en Colombia ha saltado a las pantallas en los últimos años. Las series televisivas sobre los diferentes carteles se han multiplicado y a Abad Faciolince le parece que está bien, si están bien hechas, «si no, es como una exaltación y una glorificación del mal y no un reflejo real de lo que pasó. Se ha vuelto una obsesión contar la vida de los malos, de los sicarios, de los narcotraficantes… a mí no me interesa mucho, pero por motivos más íntimos», explica durante el paseo.

Al menos, la vida de Héctor Abad Gómez, padre de Abad Faciolince, contrarresta esos episodios de violencia tan de moda. ‘El olvido que seremos’, además de ser una película muy reconocida por la crítica, se llevó el premio Goya a la mejor cinta iberoamericana en 2020. En ningún momento, el escritor pensó que esta novela fuera a leerse de este modo. «Hicimos 2.000 ejemplares de inicio. Mi editor pensó que sería muy bien recibida en Medellín. En cambio, el libro fue creciendo pero nunca pensé en que se convirtiera en una película y además, premiada», reconoce.

«Nunca pensé que el libro se convertiría en una película premiada»

Perpetuar la figura de su padre. Ese era el principal objetivo de Héctor Abad Faciolince. La novela surgió porque quería que sus hijos conocieran quién fue ese abuelo del que tanto se hablaba, del que la pérdida fue tan dolorosa y el que fue un hombre bueno, por encima de todo.

Más que conseguido. Héctor Abad Gómez y su familia están en librerías, libros electrónicos, están en Netflix -como las series de narcos- y sobre todo están en Los Silos, en su costa hasta llegar a La Caleta y volver. También están en el bar El Rubio, donde Abad Faciolince quiso refrescarse y donde le reconocieron y felicitaron por su conferencia inaugural. El gesto del escritor colombiano plasmando la vida de sus seres queridos es uno de los gestos de amor más hermosos que una institución como la familia puede recibir.

Héctor Abad Faciolince siempre tendrá un enorme hueco en las líneas de este humilde diario y en la memoria perecedera de una periodista que no paraba de pensar que esta ha sido la mejor entrevista que ha hecho en su vida. 

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Más de una década al servicio de la comunicación