La Casa de la Cultura de Buenavista del Norte acogió días atrás la mesa redonda El habla canaria en la actualidad, un encuentro para abordar la compleja relación del pueblo de las islas con su habla, una cuestión que periódicamente genera controversias entre la opinión pública.

Bajo la conducción y moderación de Santiago Jatib, escritor del poemario Impossible Soul, el debate contó con la participación de la reconocida escritora Andrea Abreu, autora de Panza de burro; la profesora y doctoranda en Filología Hispánica Jesica Fortes, autora del libro Aproximación al léxico agrario en el noroeste de Tenerife; y Yeray Barroso, autor del poemario Nunca seré mi madre y no pariré a mi hermana.

Organizada temáticamente, la conversación entre los ponentes consideró el origen y la conformación particular del habla canaria como fruto de una realidad popular isleña diversa, al incorporar elementos provenientes del lenguaje aborigen y la influencia de la conquista castellana y sus colonos, así como del léxico rural-agrario o pesquero de cada comarca, y sin olvidar el importante legado en vocabulario y expresiones que dejaron, una vez que regresaron, los emigrantes a América Latina, en especial a Cuba y Venezuela.

Asimismo, como componente nuclear de la identidad, se subrayó que el habla canaria «no solo representa qué somos en términos de comunidad, sino también en qué condiciones hemos vivido y vivimos actualmente, pues está atravesada por las representaciones y expresiones de nuestra situación de colonialidad desde los últimos siglos hasta nuestros días». A través de ejemplos y experiencias, se mostró como tiene lugar en distintos ámbitos o esferas, incluso institucionales, «un desprestigio y no preservación de un elemento que forma parte del patrimonio inmaterial de nuestro pueblo», según los ponentes.

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El supuesto uso incorrecto del castellano en la práctica lingüística, en virtud de «una vieja asociación clasista y discriminatoria que se vincula con la injusta concepción peyorativa de los magos, genera un complejo en el habla de los canarios dentro y fuera del archipiélago, que tiene graves repercusiones en lo personal y en lo político, además de que niega nuestro derecho y legitimidad a representar el relato y la disputa de la realidad precaria que vivimos estructuralmente como pueblo», aseguran.

En el posterior coloquio, se destacó la trascendencia que adquieren las nuevas aportaciones a la literatura canaria de jóvenes escritores como los presentes en el acto, del mismo modo que el papel protector y comprometido de profesores de las escuelas en las islas que cuidan por que las jóvenes generaciones canarias «valoren la riqueza y particularidad que atesora nuestro habla y su léxico, puesto que estas acciones, entre otras cosas, contribuyen a que desde lo público y lo mediático se reconozca y se dé el tratamiento al habla canaria que merece».