El coronavirus sigue condicionando a toda la sociedad. Sin posibilidad apenas de viajar a otros destinos, muchos tinerfeños han optado en el último año por descubrir zonas de la isla que, en ocasiones, se antojaban hasta exóticas. Espacios abiertos y naturales donde poder incluso olvidarse de la mascarilla si se cumple con la distancia de seguridad. Cosas como estas —y, por qué no decirlo, el cada vez mayor postureo en las redes sociales— han hecho que, durante los fines de semana, varios puntos del Parque Rural de Teno estén asumiendo a una afluencia de personas hasta ahora inexistente.

Ocurre en Erjos con sus charcas, motivado por su buena ubicación; también en Teno Alto tras el completo arreglo de la carretera. Pero este fenómeno se ha trasladado a otros puntos de la comarca que están fuera de la red insular de senderos y cuyo trasiego presenta algunos riesgos. Son, especialmente, dos zonas próximas entre sí en Los Silos: el salto de agua artificial de Lomo Morín y el barranco de Los Cochinos.

El Cabildo de Tenerife está siguiendo con atención lo que ocurre en el Parque Rural de Teno. «Estamos preocupados, pero también estamos adoptando medidas», dice la consejera de Medio Natural y Seguridad. Isabel García reconoce que «hay una demanda para salir a caminar a entornos naturales de personas que antes no lo hacían, bien por desconocimiento o por falta de programación; y como ven que un sitio se pone de moda, no se plantean si es un lugar seguro o si está prohibido».

La consejera recuerda que en el último año se han tomado «medidas correctoras», como poner un cierre en el canal de acceso a la cascada de Lomo Morín: «Es una propiedad privada y, con esta pequeña acción, hemos logrado disminuir la presencia de personas, aunque han roto la puerta para seguir pasando». A su juicio, las Administraciones públicas tienen que incidir en una labor divulgativa para informar por qué lugares transitar y por cuáles no, aunque insiste: «Estudiaremos las capacidades de carga de cada uno de los sitios; nos toca mover ficha y poner medidas».

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García destaca la colaboración con los ayuntamientos, como en Los Silos en el acceso a Lomo Morín, o en Buenavista con la problemática surgida en Teno Alto. En este último caso, destaca que se han tomado algunas medidas para limitar el acceso de vehículos a parcelas privadas. «Los vecinos se conformaban con que hubiera un poco de orden y que no se taponasen las entradas a las fincas, y por ahí hemos actuado. Yo siempre digo lo mismo: las medidas se toman progresivamente y, si tienen que ser más restrictivas, se harán».

El problema en los centros de información turística

Pero hay errores de comunicación que, en lugar de ayudar, consiguen el efecto contrario. El fin de semana pasado, las redes sociales de Turismo de Tenerife publicaron fotografías del barranco de Los Cochinos y de la zona próxima a la galería, un lugar donde en 2007 perdieron la vida seis personas por adentrarse en un lugar prohibido. Ambas fueron posteriormente eliminadas. Al día siguiente, un medio de comunicación provincial de amplia tirada publicó un reportaje de los supuestos mejores senderos de Tenerife, con el aval de expertos en la materia, donde se mencionaba la cascada de Lomo Morín.

En este incremento del turismo local de naturaleza, los centros de visitantes juegan un papel clave. El técnico de Turismo del Ayuntamiento de Los Silos, Óscar Pérez, tiene claro que se trata de «una moda para poner la mejor fotografía en las redes sociales». De hecho, dice, «mucha gente la pone y ni siquiera dice dónde está ese sitio», lo que lleva a muchos a pasar por el centro de información turística del municipio para preguntar.

No les decimos cómo llegar y nos dicen que no sabemos hacer nuestro trabajo

Ahí surgen los problemas. El visitante llega a la oficina y pregunta por Lomo Morín o por el barranco de los Cochinos. «Piensan que yo tengo la obligación de decirles cómo llegar al estar esos lugares en Los Silos, pero cuando no se lo puedo decir… Te ves en una situación en la que el visitante sale descontento». Pérez asegura que algunos han llegado al insulto: «Nos dicen que no sabemos hacer nuestro trabajo». Cuando insisten, la última respuesta que se les da es que, de acceder, deben hacerlo bajo su propia responsabilidad y asumiendo las consecuencias.

Otras personas, sin embargo, entienden la situación y optan por las alternativas que se le ofrecen en el centro de visitantes, como los senderos homologados de Cuevas Negras o Las Moradas, las grandes puertas de acceso al Monte del Agua desde el casco de Los Silos. Se da la circunstancia que algunos ni siquiera habían oído hablar de ellos, pese a que son antiguos caminos reales que sí están en la red insular de senderos.

¿Hacia una mayor regulación?

La consejera de Medio Natural es clara: «Da la sensación de que queremos cerrar la isla, pero no es cierto. Acabamos de presentar la nueva marca turística de Tenerife con un nuevo modelo en el que el turista pasa a ser un viajero y donde la sostenibilidad es un eje fundamental».

La sobrecarga de los espacios naturales se está viendo otro año más en Anaga. Isabel García dice tener «la confianza de que cada vez las personas tendrán mejores hábitos» y que, «quizás en verano se llenen las playas y los senderos se descarguen un poco», pero siguen estudiando más medidas.

Senderistas en Masca antes del cierre del barranco / Tamadaya Gestión de Proyectos, S.L.

Intensificar las frecuencias de guaguas y facilitar dejar el coche en lugares más apartados de las zonas de mayor afluencia son algunas de las acciones que están sobre la mesa: «Nos cuesta soltar el volante, pero tenemos que ir trabajándolo».

Para la consejera insular, el modelo de Masca demuestra «por qué hay que regular» algunos espacios. «Antes bajaban el barranco unas 800 personas al día y, ahora, lo hacen 150 cada fin de semana. La experiencia piloto está siendo un éxito: van al centro de visitantes, se informan sobre la dificultad del camino y, así, se da una información muy rica y también se disminuyen los riesgos».

Pero el primer paso se dio en 2017 en Punta de Teno. A pesar de las manifestaciones iniciales contra un proyecto que terminaba con la libertad de ir en vehículo privado a un espacio frágil y sobrecargado cuando y como se quisiera, el Cabildo fue progresivamente incrementando el servicio de transporte público y evitando la masificación del espacio.

La pandemia ha traído nuevos retos en lugares hasta ahora muy poco transitados. Del trabajo que se realice en los próximos meses dependerá, en gran medida, cómo se afronte el futuro de una zona de alto valor medioambiental.

Codirector de DAUTE DIGITAL y redactor en COPE Canarias. Grado en Periodismo por la Universidad de La Laguna y Máster en Innovación en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández de Elche.