Can-Bio Diversity ha celebrado sus primeras jornadas de jardinería coherente con éxito de participación en Los Silos. El encuentro tuvo lugar el pasado 30 de enero en la Villa de la Luz reuniendo a las partes necesarias para generar una jardinería como recurso para mejorar el medio.

Se trata del primer encuentro en la isla de Tenerife que trata al jardín como un recurso. Un tema que generó mucho interés y que llenó la sala Pérez Enríquez del exconvento de San Sebastián cumpliendo todas las medidas de seguridad por el COVID-19. El encuentro fue retransmitido a través de Facebook debido al interés despertado.

Las jornadas contaron con la participación de las partes necesarias para generar una jardinería que encaje todas las necesidades del lugar y cumpla con los principios básicos para generar vida orgánica. En especial, se trató la particularidad de la flora y fauna canaria y en concreto, la del macizo de Teno.

Se contó con la participación de David Padilla, biólogo, que desarrolló la ponencia ‘Recuperando los bosques perdidos: Ícaro, sembrando ilusiones’; Rubén Barone, naturalista, con ‘La flora endémica del macizo de Teno’; Manuel Arechavaleta, biólogo y técnico del servicio canario de Biodiversidad del Gobierno de Canarias, que habló sobre ‘Albergues naturales para invertebrados’; Juan José Ramos Melo, especialista en ecoturismo y conservación de la biodiversidad, que expuso ‘Un jardín para aves y otros animales’; y por último intervino Alba Rampérez Sánchez, paisajista, jardinera y especialista en naturación urbana y bienestar social con la ponencia ‘El jardín como un recurso’.

Además, se realizó una mesa redonda con los ponentes y moderada por Laura Montillla, CEO y fundadora de WeWater e ingeniera en Obras Públicas. La jornada dio mucho de sí sacando conclusiones relevantes como la necesidad y la importancia de la implicación de la ciudadanía. En este sentido, Padilla habló de la «ciencia del ciudadano». También se explicó que hay que ver a la plantas por encima de lo ornamental y reenamorarse de las que existen por la zona.

Por otro lado, se extrajo la conclusión de que es importante conocer a los invertebrados del jardín y prestar atención para no atraer a otras especies que puedan resultar lesivas para las ya existentes. A esto se le añade que el jardín, aunque sea un recurso pequeño, también es lugar para la biodiversidad. Para terminar, se concluyó que hay que asumir un cambio de visión hacia la jardinería y tomar medidas para abandonar lo que no acompaña y protege a otras especies.

¿Qué es Can-Bio?

Surge de la observación de la pérdida de biodiversidad, fundamental para la continuidad de la vida en el planeta. «Desde nuestras ideas en común, decidimos empezar a trabajar para y por el ‘cambio», explican Alba Rampérez Sánchez y Sandra Ramos Melo.

«Nuestra base es llevar a cabo un proyecto piloto para mostrar el trabajo y la efectividad de la jardinería coherente. Nos adaptamos a las circunstancias globales y actuales del lugar en cuestión y sus recursos», aseguran.

Sandra Ramos (i) y Alba Rampérez (d)
Sandra Ramos (i) y Alba Rampérez (d)

A partir de ahí, se crean los espacios a través de acciones formativas con los principios básicos de sostenibilidad y naturación urbana que permite transformar las zonas ajardinadas en biotopos. Se trata de una herramienta para preservar y aumentar la biodiversidad en el paisaje, generar lugares coherentes con su entorno y los recursos naturales que le rodean.

Rampérez y Ramos piensan que para llevar estos principios a cabo es imprescindible la implicación y participación de la ciudadanía con el apoyo de la administración y del equipo de jardinería municipal. «Hasta el momento, la aceptación y el interés por el proyecto han superado nuestras expectativas. La implicación cada día es mayor y los resultados están siendo los esperados», comentan.