Normalmente, a estas alturas de la semana, el pueblo de Garachico sería un auténtico hervidero. Retoques de última hora, arreglos imprevistos, nervios ‘a flor de papel’, remates en las ropas y últimas pensadas del maquillaje. Este año todo es diferente porque nada es igual. Este 1 y 2 de agosto se hubieran celebrado las Fiestas Lustrales del Santísimo Cristo de la Misericordia.

Todos los municipios de España se han quedado sin festividades y en el caso de Garachico, se ha quedado sin sus Fiestas del Cristo que protagonizan el devenir del pueblo durante el año de su celebración. El Ayuntamiento de Garachico ha decidido aplazarlas a 2021.

Aunque parezca que es un hecho insólito, no es la primera vez que Garachico no celebra esta festividad. Han sido muchos los altibajos sufridos por esta celebración que fue impulsada por las clases más pudientes de la Villa y Puerto y que, como casi todas las celebraciones, tienen un origen puramente religioso.

No es la primera vez que Garachico no las celebra

Todo ello, está reflejado en el libro ‘Garachico y sus Fiestas del Cristo. Apuntes históricos y crónicas de prensa’, coordinado por el historiador local Cirilo Velázquez Ramos en el año 2010.

La devoción al Cristo está extendida en muchos lugares de Tenerife, véase el pueblo vecino de Icod de los Vinos o San Cristóbal de La Laguna, ambas celebradas en el mes de septiembre. El origen de la admiración al Cristo en Garachico se remonta a 1659, cuando en el mes de octubre una plaga de langostas azotó al municipio.

Hay documentos que constatan esta celebración en 1683. Los libros de colecturías de la parroquia de Santa Ana lo sitúan el 14 de septiembre —festividad de la Exaltación de la Santa Cruz en el santoral católico—, fecha que se mantendría incluso posteriormente a la erupción de 1706: la primera documentada tiene lugar en 1716, el mismo 14 de septiembre.

El minucioso trabajo de investigación de Velázquez recoge crónicas de prensa que hablan de lo grandioso de las fiestas y de su esplendor. La primera aparición en prensa de las Fiestas del Cristo fue en 1881, en la Revista de Canarias.

Primera aparición en prensa

El sacerdote Irineo González fue invitado a esa edición de la festividad y reflejó su experiencia en una crónica de este diario que dice lo siguiente: «(…) El espectáculo que la población ofrecía el día 9 del próximo pasado Octubre, era sorprendente. La larga calle del Puerto, así como casi todas las que conducen directamente a la plaza de San Francisco, estaba cubierta por elevadas plumas revestidas de verdes ramas y coronadas por graciosas banderolas. (…)».

«El espectáculo que la población ofrecía era sorprendente»

Así se hablaba por entonces de la festividad garachiquense, que en esa etapa se celebraba cada año en el mes de octubre, ya que previamente se celebraban el 14 de septiembre como se mencionó anteriormente. Pero este no es el único traslado en el calendario. En abril de 1914, se solicita al Obispado trasladarlas al mes de julio. Se argumentó que en el mes de octubre llovía demasiado lo que impedía la celebración.

Aunque se aprobó ese traslado, en 1920 volvieron a celebrarse a principios de octubre. De 1922 a 1925 se celebraron en julio, en 1926 en agosto, volvieron a octubre durante la década de los 30 y los 40. En 1948, las Fiestas del Cristo sufrieron un parón limitándose a la celebración religiosa y olvidando los templetes, las columnas, las flores de papel, las carrozas y los Fuegos del Risco (que aparecen por primera vez en la prensa bajo esta denominación en 1922).

Desde 1948 hasta 1970 solo se celebran, con todo su esplendor, en dos años: 1954 y 1957. En la primera mitad del siglo XX hubo muchas ediciones que no se celebraron por motivos económicos, en su mayoría. Las crisis de este tipo derivaban en situaciones sociales muy complicadas: en 1918 hubo cambios graves para la clase obrera, en 1927 estuvo la crisis frutera y el deseo del pueblo de concluir la torre de la parroquia de Santa Ana hasta 1931, la Guerra Civil y la posguerra tampoco dieron aliento a los garachiquenses hasta que en 1941 hubo un intento de recuperarlas, pero no fue posible. 

Dos etapas

Así, hasta 1970 cuando se retoman y adquieren el carácter contemporáneo que tienen en la actualidad. A modo de conclusión y tal y como recoge Velázquez Ramos en el libro, se podrían dividir en dos etapas: de 1881 a 1957 y de 1970 hasta la actualidad. En esta última, las fiestas adquieren un carácter lustral tal y como se conocen.

No obstante, en 1996 se hace una excepción. Para que las Fiestas del Cristo coincidieran con el quinto centenario de la fundación de la Villa y Puerto (1496-1996) se celebran en este año en lugar de 1995. La anterior celebración fue en 1990.

Estos son solo algunos apuntes históricos que clarifican que la sociedad está ante una situación peculiar, pero no excepcional. Es sabido que Garachico siempre emerge y con más fuerza, por lo que se espera una edición de las Fiestas Lustrales del Santísimo Cristo de la Misericordia en 2021 que quedará en los libros de Historia por haber superado una pandemia en 2020.

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Más de una década al servicio de la comunicación