Ilustración: Abel Herrera

Queridos Reyes Magos de Oriente:

Recurro a Vuestras Majestades para ver si me pueden echar una mano que me ayude a salir del laberinto conceptual en el que me encuentro enredado.

Según nos cuenta el mundo científico, la vida en nuestro planeta se encuentra seriamente amenazada debido a un galopante cambio climático producido por la irresponsabilidad humana. Para hacer cambios lógicos a los planteamientos desarrollistas imperantes y lograr racionalizar métodos y tecnologías encaminados a reducir las emisiones de CO2, han surgido diversos encuentros internacionales; el último —COP25—, el pasado mes de diciembre en Madrid, cofinanciado por conocidas empresas contaminantes. El encuentro acabó sin resultados prácticos, más allá de marketinianas declaraciones grandilocuentes de intenciones.

Propuesta de depuración natural descentralizada en Buenavista planteada por Abel Herrera

En lo local se sigue defendiendo la vieja política insular sobre el tratamiento de aguas residuales, iniciada hace más de veinte años, que prevé agrupar las aguas negras de varios municipios para poder rentabilizar su depuración con tecnología industrial, de alto consumo energético. Para conseguirlo, trasiega la mayoría de aguas fecales de la isla, altamente contaminante, a través de cientos de kilómetros de tuberías, impulsada por innumerables bombeos. Esta lógica industrial impide que los vecinos aprovechen sus propias aguas regeneradas para uso municipal: aseo urbano, riego de jardines, ejecución de obras, incendio, etc., por lo que se ven obligados a utilizar agua potable, un bien escaso, para esos menesteres. Es decir, la planificación insular no solo pretende requisar a los municipios el agua residual doméstica de su propiedad, sino que se les quiere obligar a costear su bombeo a larga distancia para destinar a otros usos.

La depuración industrial impide que los vecinos aprovechen sus propias aguas regeneradas para uso municipal

En el año 2001, en aplicación de la Directiva Europea 91/271/CEE, y en el marco de la citada amenaza para la vida del planeta debido al cambio climático, surge la Guía Europea sobre métodos adecuados para depuración sostenible de aguas residuales. Guía dirigida a alcaldes y técnicos de municipios de menos de 5.000 habitantes, recomendada para estos núcleos poblacionales debido al bajo coste de implantación y mantenimiento que tienen sus propuestas de depuración natural: bajo consumo energético, integración ecológica, alto valor educativo, etc.

Cabe recordar que una tercera parte de los municipios de Tenerife tiene menos de 5.000 habitantes y otra tercera parte está formada por núcleos poblacionales de menos de esos 5.000 habitantes. Lo que quiere decir que las dos terceras partes de los municipios de la isla, es decir 21 de los 31 municipios, pueden resolver la depuración y reutilización de sus aguas residuales con sistemas naturales, de bajo coste de implantación y nulo consumo energético, pudiendo funcionar por gravedad y con tecnología y mano de obra local. Solución extrapolable al resto de las islas que se encuentran en condiciones más ventajosas debido a su dispersa distribución poblacional.

El señor consejero de Desarrollo Sostenible y Lucha contra el Cambio Climático de Tenerife declaraba (El Día, 4-8-19) que pondrá en marcha «un observatorio insular que analizará cómo afecta el cambio climático al ecosistema de la isla de Tenerife», recalcando que «esta Consejería nace con la vocación no solo de tener un título que se preste para la escenificación de que tenemos la voluntad de ser una administración sostenible sino que verdaderamente pretendemos articular políticas que vayan en esa línea». Respecto al modelo de depuradoras comarcales de alto consumo energético que propone el modelo insular, y a la contestación social surgida para su cambio por modelos sostenibles, indica: «Haré un ejercicio para buscar el consenso, pero partiendo de la base de que tiene que ser a través de las depuradoras industriales».

El mismo consejero reconoce (El Día, 10-10-19) que «el Consejo Insular de Aguas de Tenerife (CIATF) se ha convertido en el mayor consumidor de energía eléctrica de la isla al invertir 17 millones de euros […], un coste que le sitúa en ‘el mejor cliente’ de las compañías energéticas en Tenerife». Declaraciones hechas cuando aún no se ha implementado el sistema centralizado que propone, es decir, que la cifra aumentará significativamente cuando la red de depuradoras industriales previstas esté en pleno funcionamiento.

Para justificar el alto consumo energético, dice (El Día, 23-12-19) que «el CIATF se abastecerá en su totalidad, desde el 1 de enero, de energías procedentes de fuentes renovables para reducir a cero la huella de carbono». «Apostamos decididamente por la sostenibilidad y por la lucha contra el cambio climático con hechos, no con palabras». Afirmación que hace al propio tiempo que reconoce que «en Tenerife no existe capacidad de producción de energía eléctrica [limpia] para abastecer al CIATF, por lo que las empresas suministradoras deben acudir al mercado nacional» (?).

El consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias pone como ejemplo la buena gestión del Cabildo Insular de Tenerife al contratar la gestión de obras con la sociedad mercantil ACUAES (La Provincia, 16-10-19), «una vía a la que el Gobierno de Canarias quiere que se apunten el resto de cabildos para agilizar las obras pendientes». «Para profundizar en la solución ACUAES hay que llegar a un gran acuerdo con los siete cabildos».

Hasta ahora creía firmemente en lo de «piensa globalmente, actúa localmente»

Majestades de Oriente, la verdad es que me siento un poco perdido. Hasta ahora creía firmemente en lo de «piensa globalmente, actúa localmente» o «la mejor energía es la que no se consume». Sin embargo, los sesudos y máximos responsables políticos que nos gobiernan, asesorados por los mejores técnicos, aseguran que no es imprescindible ahorrar en energía como propone la Guía de la Unión Europea, ya que el Cabildo contrata energías limpias «certificadas». Por otro lado, reconocen que no hay producción suficiente de energía limpia en la isla, ya que la casi totalidad depende de las centrales de energía fósil de Las Caletillas y Granadilla. Dada mi incomprensión sobre el hilo argumental político-técnico que envuelve todo este barullo, les pido ayuda para poder digerirlo sin que se me indigeste y poder seguir con las fiestas navideñas en paz.

P.D.: Por si SS.MM. quieren profundizar en mi incertidumbre conceptual, adjunto enlace a la Guía Europea citada. Es incomprensible que no sea vista como oportunidad de cambio, máxime cuando ha sido experimentada con éxito en un Parque Rural de la isla. Les recuerdo que si se animan a presentar alegaciones al Plan Hidrológico Insular de Tenerife para que admita la depuración natural, como ciudadanos o como Majestades de Oriente, tienen de plazo hasta el día 27 de enero para hacerlo ante cualquier administración pública.