
José Baute Adán lo ha sido prácticamente todo en las fiestas de San Roque. Formó parte de la comisión organizadora desde 1961 hasta 1996. Casi cuatro décadas en las que ejerció como presidente, tesorero y otros cargos, también desde dentro del Ayuntamiento como concejal. Durante ese tiempo hubo ocasión para todo y cientos de anécdotas vienen a la memoria de este músico ya retirado, padre también de artistas, que sigue viviendo con intensidad las fiestas de su pueblo.
Pero Garachico siempre estará en deuda con José Baute por haberle regalado hace ya 50 años uno de los tesoros populares más importantes de su historia: el célebre Viva San Roquito.
«¿Para qué te has puesto hoy
ese traje tan bonito?
Porque voy de romería
que es día de San Roquito».
Si le ha resultado inevitable tararear la primera estrofa del canto por excelencia de Garachico es gracias a Baute y su orquesta Rialto, capaz de popularizarlo en tiempo récord. Este año, coincidiendo con las bodas de oro de la canción, a José Baute le correspondió el honor de ejercer como mantenedor de las Fiestas de las Tradiciones, donde hizo repaso de la historia del Viva San Roquito. Días después del acto, hace memoria con DAUTE DIGITAL, desvelando algunas curiosidades no hechas públicas hasta la fecha.
Nos remontamos al 25 de julio de 1969, durante el baile de presentación de las candidatas a romera mayor en el patio del antiguo convento de San Francisco. Cirilo Rolo era el presidente de las fiestas y José le anunció que esa noche iban a estrenar el Viva San Roquito. «Después de escucharla por primera vez, venía cada diez minutos a pedirnos que la tocáramos de nuevo… y la gente salió ya casi con la melodía pegada», recuerda.
A San Roque se le cantaba de todo, incluso, cosas obscenas
La necesidad de componer una canción para la fiesta estaba más que justificada. La romería estaba cobrando fuerza tras sus difíciles comienzos en 1960 y el santo necesitaba un acompañamiento musical digno de la devoción que arrastraba. «A San Roque se le cantaba de todo, incluso, cosas obscenas. No tenía ningún canto propio, así que pensé en componerle una canción que la gente iba a aceptar».
No se equivocó. La letra, sencilla y directa, resume perfectamente la romería de la época en primera persona. «El 16 de agosto venía gente de fuera a Garachico y preguntaba por qué estaba todo el pueblo engalanado, la gente vestida de maga y los comercios cerrados». De la pregunta del foráneo («¿para qué te has puesto hoy / ese traje tan bonito?») viene la lógica respuesta («porque voy de romería, / que es día de San Roquito»).
Las primeras romerías salieron del Colegio de San Isidoro con tres carretas. En 1969 ya superaban la decena y se concentraban unos metros más allá, junto al castillo de San Miguel. De allí arrancaba la fiesta: «Vamos a ver las carretas / a la plaza del Castillo / y a oír los magos cantando / la isa y el tanganillo».
El célebre estribillo no tiene mayor explicación que la forma en la que José Baute vivía la fiesta. Lo tenía todo: carreta (una de las primeras que salió), yunta y morena, su mujer.
«Viva San Roquito
y la romería,
viva mi morena, viva mi morena
y la carreta mía.tengo una carreta
y una yunta buena
y cantando alegre, y cantando alegre
llevo a mi morena».
Pero para que la letra tuviese buena acogida era necesario una música popular canaria que fuese pegadiza. Baute tenía en mente el Viva San Andrés de Los Huaracheros, cuyo ritmo se adaptaba perfectamente a los versos del Viva San Roquito.
Fue el escritor y poeta Carlos Acosta quién le quitó esa idea de la cabeza. «Tú eres músico, ¿no? Pues haz una propia», le dijo tras pedirle haber ido José a pedirle consejo. Y así la canción vio la luz.
Los Rialto popularizaron rápidamente la canción. El público se la pedía en cada baile, dejándola para el final. «Cuando tocábamos el Viva San Roquito, ya la gente sabía que solo faltaba el pasodoble Islas Canarias para acabar. Si se empeñaban, pues lo empatábamos con una isa para alargarlo un poco más», cuenta Baute. En La Orotava, los lugareños jugaban a cambiar la letra por el Viva San Isidro, y lo mismo pasaba en La Laguna con San Benito.
La ‘Plegaria a San Roque’ contiene un pequeño homenaje a ‘Vitito’
Pero José Baute no solo ha compuesto el Viva San Roquito. En su haber cuenta aproximadamente con cinco cantos más en honor al santo francés. Entre ellos, destaca Peregrino, basada en la nueva cronología histórica de su vida, y la Plegaria a San Roque, «una de las que más me gustan». La compuso durante unas vacaciones en La Gomera y se estrenó en el pregón de las fiestas que leyó su hija, interpretada por entonces —igual que en la actualidad— por Beatriz Rodríguez.
La Plegaria alberga en su interior un pequeño homenaje a un histórico de las fiestas de San Roque, Víctor de León (Vitito). José Baute ya sabía por entonces que le quedaba poco de vida tras una larga enfermedad e introdujo dentro de la letra unos versos en su recuerdo: «Es oración mi plegaria / cuando en la ermita me encuentro / para que mis pasos guíes / cuando me marche muy lejos». «Siempre que se la oigo cantar a Beatriz me acuerdo de él», confiesa emocionado.
San Roque sigue despertando fervor en la comarca pero atrás quedaron los tiempos en los que los romeros traían sus carros de regreso de Candelaria y se incorporaban a la romería de Garachico —«el refrán que dice que el va a Candelaria no va a San Roque no es cierto», bromea— y otros acudían incluso desde Los Realejos con las cañas verdes, adornadas con serpentinas y un rosquete.
Hemos perdido el baile de magos, la gallina de los huevos de oro de la fiesta
La fiesta ya no es lo que era, dice José Baute. «A partir del año 2000 ha ido bajando bastante, en todos los sentidos. Hemos perdido el baile de magos, que era la gallina de los huevos de oro porque las fiestas eran autosuficientes», lamenta, además de recordar antiguas publicaciones realizadas por la comisión como el libro con todos los pregones o la reedición de la Novena de San Roque. En el tintero se quedó la recopilación de los discursos de los mantenedores de la Fiesta de las Tradiciones.
Pero lo que no ha quedado en el olvido es su más destacado legado. El Viva San Roquito sigue cantándose cientos de veces durante el mes de agosto y no hay vecino de la comarca que no se sepa, al menos, el estribillo. La canción cumple 50 años y sigue igual de viva, sin riesgo de desaparecer. José Baute puede estar orgulloso de haber dejado huella en Garachico y en la devoción a San Roque.