El Ayuntamiento de Los Silos, a través de las Áreas de Cultura y Participación Ciudadana, ha inaugurado recientemente en la sala Pérez Enríquez del antiguo convento de San Sebastián la exposición permanente Goya: Desastres de la Guerra, que recoge diferentes estampas de la Guerra de Independencia española.

La exposición reúne unos 80 facsímiles de la serie Desastres de la Guerra, una edición de lujo limitada y numerada con el número 0666 de una tirada de 2998 ejemplares, adquirida por el Ayuntamiento en el año 2009. La muestra, que podrá ser visitada de lunes a viernes en horario de 17 a 20 horas, cuenta con la colaboración del Área de Participación Ciudadana del Cabildo de Tenerife y su comisario es el historiador silense Andrés Lorenzo Palenzuela.

El Ayuntamiento ha decidido promover esta exposición permanente en base al valor patrimonial y artístico de los facsímiles. La muestra, además, pretende dar a conocer la figura de Francisco de Goya entre el alumnado del IES Daute-Los Silos, así como aquellos centros educativos de la isla que muestren interés por visitar la exposición, previa cita en el Área de Cultura.

Las responsables en funciones de las Áreas de Cultura y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Los Silos, Carmen Luz Baso y Candelaria Dorta, señalan que «con la puesta en marcha de esta muestra permanente propiedad de nuestro municipio queremos dar respuesta y poner en valor esta colección que atesora un importante valor histórico y patrimonial para que pueda ser visitada por todos».

La serie está compuesta por 82 grabados, realizados entre 1810 y 1815, y está dividida en dos partes: Fatales consecuencias de la sangrienta guerra en España con Buonaparte, con escenas alusivas a la guerra y a la hambruna; yOtros caprichos enfáticos, de contenido político como crítica hacia el absolutismo y el poder de la Iglesia católica.

De las planchas originales se imprimieron dos juegos completos de grabados para Ceán Bermúdez, crítico y amigo de Francisco de Goya. El resto de ediciones, hasta seis, datan entre 1863 y 1937, por iniciativa de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

El valor de los Desastres de la guerra radica, además de su calidad artística, en que alcanza un grado de universalidad nunca visto hasta el momento y trasciende lo anecdótico para erigirse en ejemplo de la más aberrantes de las prácticas humanas. Las estampas detallan hechos de máxima crueldad presenciados por el pintor en ambos bandos durante la contienda. Es, por tanto, una visión novedosa hacia la condición humana.