Un inmueble privado del casco de la Villa y Puerto de Garachico está afectado por termitas. Así lo ha podido saber DAUTE DIGITAL y confirmarlo con el alcalde, Heriberto González.

Según el primer edil garachiquense, la plaga del edificio no es como la hallada en Tacoronte. La especie que se ha encontrado en Garachico soporta mejor las temperaturas más altas y no tiene el mismo mecanismo para comerse la madera. Las encontradas en Tacoronte son subterráneas mientras que las de Garachico, no.

A todas estas conclusiones se han llegado gracias a una reunión mantenida en la jornada del miércoles 6 de marzo con expertos entomólogos, la Viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, Blanca Pérez; miembros de Patrimonio del Cabildo Insular de Tenerife, Heriberto González, alcalde de la Villa y Puerto; y los propietarios del edificio en cuestión.

«Las termitas se encontraron cuando unos operarios estaban en tareas de reacondicionamiento del edificio», explicó el dirigente garachiquense. Añadió que «ya se está actuando mediante protocolos y los expertos se han llevado muestras de las termitas para ver cómo actúan y se comportan».

Una ‘ventaja’ de esta especie es que no come maderas nobles: tea o morera. Por lo que la estructura del inmueble no está dañada y pone a salvo todos los edificios patrimoniales e históricos de Garachico. No obstante, los expertos se han comprometido a realizar inspecciones y revisiones en los edificios públicos y en las iglesias, «sobre todo en los retablos que pueden contener maderas blancas en su interior», dijo González.

Años en Canarias

Según los expertos, la termita encontrada en Garachico podría llevar en Canarias varios años. Es de origen peruano y se adapta a las temperaturas de la costa. Comen madera blanda y blanca como la de las planchas marinas, por ejemplo.

La especie puede llevar años en Canarias

El alcalde garachiquense transmitió las explicaciones de los expertos a este periódico: «según nos explicaron tienen fácil reproducción, son blancas y las reinas son oscuras y un poco mayores. En la época veraniega despliegan sus alas y viajan a otros lugares«. Además añadió que son difíciles de exterminar y se recomienda controlarlas en lugar de erradicarlas.

Hizo alusión a su capacidad para convertirse de obrera en reina sin muchas complicaciones. Por ello, el primer edil garachiquense habló de quemarlas: «los expertos hablaban de que quemarlas cerca del lugar donde se encuentran es lo más efectivo«.

Además, no comen madera noble porque la resina de este material tiene un sabor muy fuerte y no tienen unas mandíbulas potentes para acabar con la tea o la morera. Heriberto González recordó un episodio similar en el convento de las monjas concepcionistas franciscanas: «en ese momento no había tanta alarma como ahora por lo que está ocurriendo en Tacoronte», relacionó.

Tarea de divulgación

Los expertos en patrimonio realizarán un protocolo para indicar cómo hay que actuar ante la presencia de este tipo de termitas gracias a la colaboración de los entomólogos que están estudiando esta especie.

Heriberto González insistió en la responsabilidad que han tomado las administraciones para actuar y en que no se trata de una situación alarmante.

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Más de una década al servicio de la comunicación