Tal y como señaló el director de cine Woody Allen, «en los aviones el tiempo se pasa volando», y si no que se lo digan al culatero Néstor Díaz, el recientemente titulado como piloto comercial de estas aeronaves. A pesar de que el joven nació en Icod de los Vinos y lleva viviendo más de 15 años en La Orotava, se puede aplicar el dicho de que «uno no es de donde nace, sino de donde se hace», en su caso de San Juan del Reparo, barrio en el que se crio y del cual siente que forma parte. 

A sus 28 años Díaz ha despertado el «orgullo culatero», como señalaron en la página de Facebook de la localidad, al convertirse en el primer piloto aéreo de la zona y en uno de los pocos de la comarca de Daute. Y es que, aunque había sido su sueño desde que era niño, su naturaleza se lo puso difícil y finalmente el destino convirtió ese sueño en realidad. Ahora, su meta más próxima es convertirse en copiloto de vuelos comerciales de Ryanair.

¿Por qué decidiste convertirte en piloto?

Fue mi sueño desde pequeño, desde que tengo uso de razón y mi familia lo corrobora, pero con 14 años me pusieron gafas y a medida que pasaba el tiempo la miopía me aumentaba cada vez más. Cuando llegué a los 18 era muy grande, por lo que ya no cumplía los mínimos exigidos por el certificado médico para ser piloto.

¿Y qué hiciste entonces?

Mis padres también querían que estudiara una carrera, lo típico. El oculista me dijo que con la vista como la tenía iba a ser imposible que fuera piloto. Y le hice caso, así que decidí meterme a arquitectura, que era un grado que también me llamaba la atención.

En ese momento pensé: es una señal, el destino quiere que cumpla mi sueño

En 2014 las cosas cambian…

Sí, en 2014, cuando llevaba un poco más de la mitad de la carrera, bajaron los requisitos de la vista para meterme a piloto y justo entraba yo con mis seis dioptrías, que era el mínimo. En ese momento pensé: es una señal, el destino quiere que cumpla mi sueño. Y así lo hice.

¿Cómo se lo tomaron tus padres?

Bien, me apoyaron desde el primer momento. Yo les comenté que arquitectura no me convencía y que estaba bastante arrepentido porque con el paso de los años me había ido frustrando. Ellos me comprendieron y me dijeron «te apoyamos, pero con la condición de que intentes terminarla, que ya llevas un montón de años y es una pena». Y eso hice. Acabé en 2017 y ese mismo año en junio empecé con el curso de piloto.

Néstor Díaz

En tu caso, no decidiste realizar el curso integrado (la escuela te da el curso completo desde la formación teórica en tierra hasta la formación de vuelo, los exámenes y demás, todo en el mismo sitio), sino el modular (consiguiendo pequeñas licencias para diferentes ámbitos de vuelo). ¿Por qué?

Yo me decanté por la formación modular porque puedes ir sacándote las licencias en diferentes sitios. Por poner un ejemplo, imagínate que una escuela en Madrid que ofrece el módulo de vuelo en condiciones instrumentales (con mala meteorología) más barato que en otro sitio, pues vas y lo haces. O hay alguna más especializada en un determinado ámbito, pues lo haces en esa… Es una manera más versátil de formarse, no solo porque tú mismo te organizas, sino porque además es un poco más económica que la otra.

¿Cuánto tiempo estuviste formándote?

En mi caso fue un año y ocho meses, aunque en general depende de las ganas que le pongas y de lo bueno que seas.  Yo estuve en varias escuelas. El primer módulo correspondiente a piloto privado, la hice en el Aeroclub de Gran Canaria, luego tuve que hacer experiencia en vuelo con 100 horas de piloto al mando en avionetas, que las hice entre Gran Canaria y Tenerife. También hice la formación teórica de piloto de transporte de líneas aéreas que constaba de 14 asignaturas por una escuela a distancia de Córdoba. 

¿14 asignaturas en tan poco tiempo?

(risas).  Eso es lo que más se suele tardar, depende mucho de si vas a clase o del tiempo que inviertas en estudiar. Yo como era bastante aficionado desde pequeño ya me había aprendido todo eso por mi cuenta, los libros, las teorías y demás, por lo que no fui a clase ni nada, me lo preparé solo, hice los exámenes y aprobé todo.

Santa Cruz durante una experiencia de vuelo / Néstor Díaz

Al igual que te pasó con la carrera de arquitectura, muchas personas se desencantan de la profesión a medida que se van formando, ¿ha sido tu caso?

Para nada. Para mí ha sido increíble. Ha sido como cumplir el sueño que has tenido durante toda tu vida. Ahora solo me falta el curso del avión que vaya a volar porque para trabajar en una aerolínea necesitas una habilitación de la nave con la que vas a trabajar y ya luego te pueden contratar. Y no veo la hora.

¿Cómo definirías lo que sientes cuándo te pones a los mandos de un avión?

Es lo máximo. Es una felicidad plena sentir que tú que estás a los mandos, sabiendo que únicamente tú tienes el control, sobre todo cuando vuelas solo. Me siento como en la soledad del mundo, por encima de los problemas que tienes en la tierra, estás en el aire y ves todo con otra perspectiva. Todos los que han volado conmigo lo han sentido, porque no es lo mismo que volar en un avión comercial en el que solo ves por una ventanita pequeña.

¿Has volado por Tenerife?

Sí, durante la formación me centré en dar vueltas a la isla con mi familia y amigos, pero también he estado en toda Canarias, además de por lugares de la Península Ibérica como Albacete, Cuenca, Murcia, Ibiza, Alicante… por toda la costa mediterránea entera.

Es muy emocionante sobrevolar La Culata y ver a tu abuela saludándote desde la azotea

Has sobrevolado el sitio en el que te criaste, ¿qué significa eso para ti?

Ha sido genial, indescriptible. Es muy emocionante volar por allí y ver a tu abuela en la azotea saludándote… Es una sensación brutal. Aunque más gratificante fue cuando la llevé conmigo y ella vio Garachico desde arriba. De verdad, fue muy emocionante.

Garachico desde las alturas / Néstor Díaz

¿Tu abuela se atrevió a volar en avioneta?

Sí, y dos veces. De hecho, junto con mi madre, mi abuela Isabel ha sido la que más ha volado conmigo. Como anécdota, la primera vez que yo volé me regalaron un bautismo aéreo antes de hacer el curso que suponía ir, volar una horita con el instructor y así ir haciéndome a los mandos. Yo la invité a ella primero porque ha sido de las que más me ha apoyado en mi sueño de ser piloto. Cuando llegamos le comenté al instructor que había volado bastante en simulador y que me sabía la teoría, por lo que me dijo que podía llevar yo el control y él solo intervendría si veía cualquier problema. Ante esto mi abuela se puso muy contenta, con una felicidad tremenda. Lo más normal es que tuviese un poco de miedo, pues no, ella confió plenamente y eso ha sido muy importante para mí. Después, cuando me saqué el curso y pude volar con gente ella fue la primera que se apuntó.

A parte de tu abuela, ¿quién ha sido clave para conseguir tu sueño?

Rotundamente mis padres. Está claro que sin ellos no podría haberlo conseguido, no solo por el apoyo económico, sino por el moral y que siempre han estado ahí. Mi novia también, sobre todo durante el último periodo de arquitectura en el que lo estaba pasando realmente mal y llegué, incluso, a deprimirme. Y en general mi familia, porque desde el primer momento me han apoyado, han estado a mi lado y han confiado a la hora de volar, incluso. Es difícil llegar con un chaval novato, con poca experiencia y decidirte a volar. Han puesto su vida en mis manos y eso no solo lo respeto, sino que lo agradezco enormemente.

¿Qué expectativas tienes de cara al futuro?

Mi idea es entrar a trabajar en una aerolínea, no creo que en este momento esté preparado para ser instructor. A mí siempre me ha gustado volar y estar en mi día a día con pasajeros, por eso quiero trabajar ahí. Entonces esa es mi meta a corto plazo y espero alcanzarla de cara al verano.

¿Hay demanda en tu sector?

Si, la demanda ha crecido bastante. Por fin parece que se acabó la crisis de 2008 y de nuevo ha tocado techo, lo único es que ahora se atisba un descenso, un punto de inflexión en mi área, sobre todo por el cierre de las bases de Norwegian en Canarias. Pero si, yo espero empezar a trabajar pronto y si es Tenerife mejor.

Redactora y reportera desde 2018, pero periodista de nacimiento. Máster en Marketing y Comunicación Digital. Máster en Diseño Gráfico Digital. "Hablando hasta por los codos... Desde que aprendí a hablar".