La alerta por fenómenos costeros adversos ha pasado por Garachico sin grandes complicaciones. El primer mar de leva del recién estrenado 2018 se difumina sin dejar daños materiales y con un casco histórico que vuelve a la rutina tras este domingo posterior al Día de Reyes.
A primera hora de la mañana, Protección Civil y Policía Local procedían a cerrar al tráfico las avenidas Tomé Cano y Adolfo Suárez, entre el castillo de San Miguel y la sede de Cruz Roja, siguiendo con el protocolo establecido para estas ocasiones.
La circulación de la carretera comarcal TF-42 quedaba así derivada por dentro del casco histórico de Garachico y las autoridades permanecían expectantes a la evolución del mar. La siguiente pleamar estaba prevista para las 17.40 horas pero no se esperaban grandes complicaciones.
Las olas amagaron con saltar a la avenida sobre las 8.30 horas y volvieron a hacerlo más tarde, cerca de las 5. En ese momento, con la subida de la marea, el espectáculo marino fue adquiriendo nivel y muchos vecinos y visitantes se acercaron a la zona del castillo y del antiguo empaquetado para contemplar el fuerte oleaje.
Conforme se acercaba la pleamar, las olas iban aumentando y llegaron a mojar a algunos coches estacionados junto a la FAST. Un agente de Protección Civil tuvo que actuar para alejar a una pareja de turistas que, saltando el cordón de seguridad, había accedido a las inmediaciones del Caletón.
Sobre las 6 de la tarde se intensificaron las colas en el acceso a la Villa y Puerto desde Los Silos, motivadas por el estrangulamiento del tráfico a su paso por la plaza de Abajo, donde un agente de la Policía Local intervino durante toda la jornada para regular el trasiego de vehículos.
Pero las previsiones se cumplieron y el mar de leva no hizo gala de la agresividad con la que suele azotar a Garachico cada cierto tiempo. Así, una hora después de la pleamar, sobre las 18.40 horas, Protección Civil reabría la avenida marítima tras determinar que el peligro había pasado.
Las fotos del primer mar de leva de 2018:
