Este verano ha tocado pasarlo lejos pero no por ello las olas del mar convertidas en noticias han dejado de aparecer. Además, este año tenían un color especial. Pero no como el de Sevilla. Eran de un verde negruzco.

Las lecciones universitarias que más grabadas se quedan son las que puedes aplicar en tu vida diaria. Clase de ‘Análisis del discurso periodístico’. Cuarto año de carrera. Una asignatura en la que no te examinas pero el profesor es tan bueno que no te pierdes ni una. Rafael González Galiana grita en clase: «¿¡No se han dado cuenta de que siempre que pasa algo, lo que sea… todo el mundo hace lo mismo!?». La respuesta: buscar un culpable de lo sucedido.

Ese tipo de premisas no se olvidan. Menos viniendo de un orador tan impetuoso y característico como González Galiana. Hay que sumarle que es hijo de María Galiana, abuela por excelencia de la sería de TVE ‘Cuéntame’.

Desde ese entonces, cada vez que se analiza una situación se cae en esta idea: siempre hay que buscar un culpable. Esto, desde luego que no soluciona el problema pero sí que alivia el remordimiento de algunos, hace que otros tantos saquen rédito (a cualquier nivel) y además los periodistas ya tienen de qué hablar en los meses de verano (los políticos están de vacaciones y está el panorama muy aburrido).

Las microalgas han llegado hasta aquí. No al río Guadalquivir pero sí en las ondas informativas de redes sociales y noticias. También a modo de crítica de partidos ecosocialistas que se columpiaron al hacer el diagnóstico y elegir un culpable. A modo de método científico: la opinión de muchos expertos descartaban un tema de depuración. Pero la incredulidad de los ciudadanos siempre reina, siempre piensan en mentiras y desconfían. Algo totalmente lícito en los tiempos que corren.

Foto: Sí se puede Buenavista

El caso. Las microalgas han tenido la culpa de que el verano haya sido igual de caluroso y poco refrescante que para mí. Sin quererlo ya he encontrado un culpable de esta situación. Qué lástima que no pueden abrir un debate conmigo y que tampoco pueda pedirles que se vayan.

Los culpables de todo somos nosotros. Algo estaremos haciendo mal que las microalgas salen a la superficie porque las temperaturas suben. Algo nos ocurre cuando buscamos culpables en cada rincón. Algo no estamos haciendo bien que todo pensamos solucionar y no solucionamos nada. En algo estamos errando que cada vez queremos ser más transparentes, pedimos más transparencia y lo que conseguimos es que nuestras aguas se tiñan de un verde negruzco.

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Más de una década al servicio de la comunicación

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