La devoción hacia San Roque no ha cambiado tras su proclamación como patrón el pasado mes de noviembre. Esa es la conclusión que puede sacarse tras la primera Romería en la que la imagen del santo ostenta ese cargo. Mismos sentimientos y mismas muestras de cariño al protector que en 1606 salvó a la Villa y Puerto tras cinco años con una epidemia de peste.

La gran Romería sigue atrayendo a miles de personas al pueblo. Ayer, 16.000 almas se agolparon en la localidad según datos del Ayuntamiento. 16.000 personas para un 16 de agosto que acabó sin demasiados incidentes —12 peleas en el baile y 22 asistencias sanitarias, la mayoría por intoxicación etílica—, salvo el protagonizado por unos vándalos que rompieron botellas de cristal en la avenida marítima y que han provocado que este jueves la piscina permanezca cerrada hasta que los operarios municipales retiren los cristales de la instalación.

El traslado de San Roque a la parroquia congrega cada vez a más fieles

Más allá de eso, lo vivido este miércoles en Garachico se vuelve a resumir en fiesta. Es lo que transmiten los vecinos al paso de San Roque por sus calles. Una fiesta que comenzó desde las 9.30 de la mañana con la misa de peregrinos en la ermita y que se desbordó con las primeras carretas entrando en la calle Pérez Zamora tras partir de la plaza de Ramón Arocha, en el entorno del viejo muelle. Los vítores y ajijides al santo fueron aumentando progresivamente en intensidad. El traslado hacia la parroquia matriz congrega cada vez a más fieles, al igual que su llegada a la cabeza de la Romería a través de la calle Santa Ana, donde el patrón permaneció parado un buen rato para que garachiquenses y visitantes le ofreciesen flores y cantos. Otro de los momentos más significativos fue, como cada año, la visita de San Roque a las monjas concepcionistas franciscanas de clausura, en el convento de la Concepción y en la víspera de su fiesta de Santa Beatriz de Silva.

Bajada de San Roque por la calle Santa Ana antes de comenzar la Romería

Tres horas de Romería dieron para mucho. Pasadas las 2 y media de la tarde arrancaban las carretas tras acercarse San Roque a la playa y terminaba a las 17.35 horas, cuando la última carreta grande, la número 25, llegaba a la ermita. Con el paso de todo el cortejo, el santo entraba en su pequeño templo con el tradicional Viva San Roquito —imposible averiguar el número de veces que se cantó a lo largo de toda la jornada— y los ajijides, «para que el próximo año volvamos con devoción», como escribió José Baute en 1969.

Vecinos de Los Silos criticaron que la Isla Baja quedase «aislada»

Malestar por la carretera cortada

Varios vecinos de Los Silos mostraron su indignación en Facebook ante el aviso, por segundo año, del cierre de la carretera general TF-42 entre Icod y Las Cruces en varios momentos del día para evitar un embotellamiento del tráfico en el casco de Garachico. Criticaban que Los Silos y Buenavista «no tienen una vía de comunicación digna y segura que utilizar, y hoy es día laboral y resulta que, aunque a algunos les parezca sorprendente, hay personas en esta zona de la isla que trabajan». Otro vecino recordaba que para salir de ambos municipios el 16 de agosto «tendría que subir a El Tanque por uno de los dos únicos accesos que hay (a cada cual más complicado por las características de la carretera) y de ahí ya bajar línea recta hacia Santo Domingo».

Lo cierto es que el cierre de la carretera no llegó a producirse porque, según el alcalde Heriberto González, el tráfico estaba discurriendo «con normalidad». «Nunca ha sido nuestra intención perjudicar a los conductores de la comarca por capricho», ha asegurado este jueves.

 

 

Codirector de DAUTE DIGITAL y redactor en COPE Canarias. Grado en Periodismo por la Universidad de La Laguna y Máster en Innovación en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández de Elche.