El Tanque vivió otro primero de mayo con su popular romería en honor a San Alejo, la de mayor recorrido de Tenerife según la organización. Y es que las fuertes pendientes que separan el casco histórico de la Cruz Grande y viceversa hay que tomárselas con calma para llegar con buen pie al final del trayecto.

Mayor mérito tuvieron los romeros este 2017, quienes desafiaron durante toda la tarde a la ligera pero persistente lluvia que hizo acto de presencia durante la mayor parte de la romería. «Antes los santos se sacaban para que lloviera», trataba de justificar un vecino al que no le importó en absoluto mojarse. De hecho, la devoción a San Alejo en El Tanque comenzó tras acabar milagrosamente con una fuerte sequía años atrás, según cuenta la tradición popular.

San Alejo salió de la iglesia de San Antonio a hombros de los vecinos

La marcha comenzaba cerca de las 2 de la tarde con la salida de la imagen del santo desde la parroquia de San Antonio de Padua, tras celebrarse allí la misa en su honor. Con varias paradas para reponer fuerzas durante el camino, la comitiva llegó a la parroquia del Santísimo Cristo del Calvario, que este año celebra su 50º aniversario, entre una fina capa de neblina. Allí le esperaban más fieles para asistir a otra eucaristía.

Antes y después del parón en la Cruz Grande, la hospitalidad de los tanqueros volvió a hacerse notar con la comida que salía de casas y fincas. Pollo, papas, gofio, huevos duros y mucha bebida se distribuyeron entre los asistentes. Pero si algo destacó fueron los cientos de kilos de carne de cerdo que se repartieron durante la romería en las furgonetas de la organización, acompañado de litros y litros de vino de la tierra.

La entrada a la iglesia del Cristo del Calvario estuvo marcada por la neblina

De regreso al Tanque Bajo, la calle Villanueva se convirtió en un hermoso río de tipismo con olor a poleo y multitud de colores regalados mediante las cintas romeras y dos imponentes arcos frutales preparados para que San Alejo parase bajo ellos. Los vecinos se fueron turnando para portar a hombros al santo. También tuvo su oportunidad el alcalde Román Martín, que acompañó a la imagen durante todo el recorrido junto al párroco tanquero, Aníbal Hernández.

La comitiva llegó a la plaza de la Virgen del Buen Viaje pasadas las 6 y media de la tarde, más de cuatro horas y media después del comienzo de la romería. Con el regreso de San Alejo a la iglesia de San Antonio finalizaba el recorrido pero no la fiesta, que continuó con el baile de romeros en la plaza.

Codirector de DAUTE DIGITAL y redactor en COPE Canarias. Grado en Periodismo por la Universidad de La Laguna y Máster en Innovación en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández de Elche.