“Teno no es un tema de Buenavista. Esa visión arcaica hay que dejarla atrás”

El especialista medioambiental Juanjo Ramos lleva décadas luchando por la conservación de la biodiversidad en Daute. La única forma de mantener los espacios frágiles pasa, a su juicio, por la regulación del acceso a ellos

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Naturalista, autodidacta y enamorado de la comarca donde vive. Así se define Juan José Ramos Melo… Juanjo, como todo el mundo lo conoce. El gerente de Birding Canarias, la empresa medioambiental que lucha por la conservación de la biodiversidad, es de Los Silos y ha recorrido medio mundo. De hecho, en pocos días emprenderá un viaje de casi dos meses por Tailandia, Indonesia y Malasia. Sin embargo, hay algo que la inmensidad del planeta no ha conseguido borrar: su apego al terruño. “La calidad de vida que me da Los Silos no la encuentro en otro lugar.”

Su fascinación por la comarca que le ha visto crecer es ineludible. “Si naces en la Isla Baja es inevitable sentirse atraído por el entorno rural.” Eso, junto a los valores y enseñanzas encontrados en el por entonces director del IES Daute-Los Silos, Pedro Morales, así como otros docentes locales como Vicente Lucía, Enrique Oñate o Mario Ramos, hicieron a Juanjo sentir la necesidad de dedicar gran parte de su vida a defender aquello que más aprecia.

Entró a formar parte de la Asociación Pérez Enríquez en la última etapa de la misma, cuando algunos de sus integrantes intentaron relanzar el colectivo silense. Recuerda especialmente la oposición al proyecto del dique de la playa de La Caleta de Interián y “la destrucción del frente costero”, allá por 1996. También, la negativa a ampliar la carretera general entre Icod y Garachico. Era alcalde de la Villa y Puerto por aquel entonces Ramón Miranda, y Juanjo destaca que prácticamente el primer trabajo del mandatario fue intentar apaciguar a aquellos jóvenes de la Pérez Enríquez. “Al principio nos falló la comunicación. Luego comprendimos que había que pasar del ‘no’ rotundo al ‘así no’, proponiendo alternativas.”

«No somos conscientes de las obligaciones que tiene vivir en el paraíso»

Juanjo Ramos aún era pequeño cuando la Asociación tuvo que lidiar con otro alcalde, el silense Gaspar Sierra, para impedir el disparatado proyecto de asfaltar la pista principal del Monte del Agua y Pasos. Han pasado ya 30 años de aquello y este divulgador medioambiental reconoce con optimismo que se ha avanzado en la conservación de los espacios naturales y en la concienciación social. Pero pone una objeción: “A pesar de que sabemos que vivimos en el paraíso, no somos conscientes de las obligaciones que tiene vivir en él. Nos falta tener la conciencia de que debemos conservar el entorno para las generaciones futuras.”

Se trata de una visión perfectamente extrapolable a la joya natural de Los Silos y uno de sus grandes amores. “La gente sabe que el Monte del Agua es importante, pero no es realmente consciente del valor que tiene.” Juanjo lo tiene claro. “Probablemente sea una de las últimas cunas de biodiversidad de Canarias. Está prácticamente intacto en algunos lugares y conviven especies únicas nivel mundial, especies que solo se pueden encontrar en el Monte del Agua y en pocos lugares del mundo.” Es un auténtico convencido de la obligación de legar ese tesoro a las siguientes generaciones. “Quién sabe si dentro de unos años descubren en una planta del Noroeste de Tenerife una sustancia para curar el cáncer y que, a lo mejor, por nuestra irresponsabilidad la perdemos…”

Por ello, este ornitólogo, cuya mayor satisfacción es ver volar a las aves que observa, valora gratamente el proyecto del Sendero de los Sentidos, el kilómetro de pista del Monte del Agua adaptada para personas con movilidad reducida. “Si no le damos la oportunidad a esas personas de acceder a la naturaleza, ¿cómo van a querer después conservarla?, se pregunta.”

Conservación como sinónimo de regulación

La necesidad de conservar los espacios más valiosos de Tenerife no le hacen dudar de asuntos tan controvertidos como la regulación del acceso a Punta de Teno. El 14 de enero comenzará a restringirse el acceso libre a determinadas horas durante los fines de semana, pero Juanjo Ramos va más allá: “El futuro de Punta de Teno pasa por la regulación. Y la regulación es la prohibición total de vehículos a motor. El que quiera ir, que vaya en transporte público.” Es algo que, asegura, se ha hecho en muchísimos sitios de España y Europa, porque es la única forma de conservar el entorno y mejorar la calidad de la visita.

«El que quiera ir a Teno, que vaya en transporte público»

“Somos muchas personas en la isla. En 2016 hemos rozado los 15 millones de visitantes en Canarias. Si queremos conservar los espacios naturales hay que empezar a regularlos y tomar medidas.” Y añade: “Lo mismo que digo para Teno lo digo para Masca y para el Teide. La forma en la que fueron nuestros padres no tiene por qué ser la forma en la que tenemos que ir nosotros a esos lugares.”

Su visión conservacionista de Punta de Teno no le hace coincidir, sin embargo, con el Cabildo de Tenerife. De sus palabras salen dos críticas: una hacia el proceso participativo y otro hacia el Parque Rural de Teno. Con el primero discrepa tajantemente. “Debería haber sido un proceso dirigido, creando una mesa de especialistas y discutirlo con gente que sabe del tema, no abierto a la opinión de todo el mundo.” Asegura que cada uno debe opinar de aquello de lo que sabe. Sobre la dirección del Parque Rural considera que “tenía que haber puesto más empeño en que el problema de Punta de Teno no llegara a este punto de degradación.” “Es un enclave que cuenta prácticamente con todos los niveles de catalogación, pero la normativa muchas veces no se ha aplicado, quizás por la dejadez del propio Parque Rural”, afirma.

Mejorar la visita a la Punta pasaría, a juicio del silense, por crear un área con servicios de restauración, ocio y de sanidad. “El proyecto, bien montado, podría generar entre 20 y 25 puestos de trabajos en la Isla Baja.” Su enfoque del lugar traspasa los límites del Buenavista del Norte. “Me gusta hablar de comarca. Teno no es un tema de Buenavista. Esa visión arcaica hay que empezar a dejarla atrás; los espacios naturales son de todos y, al menos, a nivel insular.”

Unidad comarcal

A Juanjo le gustaría una Isla Baja realmente unida. También a nivel administrativo. “Un solo municipio, con el territorio que tenemos, nos beneficiaría a todos. Tenemos que tener una visión comarcal; algo que, por cierto, los nuevos partidos, formados por gente joven, no tienen.”

Su punto de vista se traslada a la gestión cultural de Daute. Opina que hay que darle motivos a la población tinerfeña para venir a la comarca. Asegura que eso se ha conseguido con eventos como el Festival Boreal en Los Silos (que él fundó) o el Festival Internacional de Cine Medioambiental de Canarias en Garachico. “Los Silos y Garachico sí han hecho esa apuesta, pero El Tanque y Buenavista se han quedado atrás. Tiene que haber coordinación y realizar seis eventos clave a lo largo del año que sean seis motivos para venir a la isla Baja.”

Se trata, en definitiva, de invertir más en las personas “y no tanto en obras”. “Para que la gente joven se quede en los pueblos rurales debe tener calidad de vida.” Él, de momento, no renuncia a marcharse.

Codirector de DAUTE DIGITAL y redactor en COPE Canarias. Grado en Periodismo por la Universidad de La Laguna y Máster en Innovación en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández de Elche.