El primer baño de 2017

El buen tiempo ha sido la constante para terminar 2016 y entrar en el nuevo año. La costa de la comarca ha sido fiel testigo de ello. Para muestra un botón: Garachico

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Zambullirse en agua salada por primera vez en el año suele ser algo fetiche para todos los aficionados y habitantes de la costa. Los vecinos de la Isla Baja han podido hacerlo gracias al buen tiempo que ha acompañado durante los últimos días de 2016 y el inicio de 2017 a la comarca. Eso sí, el agua puede estar un poco fría. Pero no hay nada que no calme unos minutos expuestos al sol.

La costa de la Villa y Puerto de Garachico se muestra apetecible al visitante. También la de Buenavista que junto a la reciente apertura de la Punta de Teno hace que muchos se lancen a visitar el espacio. Sin embargo, estos últimos días la Punta se ha visto afectada por grandes rachas de viento que no han permitido el baño a los visitantes. La diferencia entre el norte y el sur era visible en el estado del mar.

A pesar de que las zonas de baño no están habilitadas para su uso, muchos son los que se atreven a probar el agua cristalina. El charco de Las Lisas, debajo de la piscina municipal, es uno de los enclaves más visitados aunque es recóndito: encontrarlo es una auténtica suerte, sobre todo para el visitante. Los últimos días del año y también los que han iniciado el 2017 han estado protagonizados por el incesante reguero de turistas que o bien se atrevían a bañarse o tan solo se hacían una instantánea para el recuerdo.

El Caletón también es otra de las zonas más visitadas. No cuenta con el mobiliario habitual ni escaleras. No obstante, para los visitantes no es inconveniente. Incluso su temeridad e imprudencia provoca situaciones arriesgadas ante un mar que no avisa. No pocas olas saltaron este lunes a las zonas de tránsito cercanas a las piscinas naturales. De igual modo, ocurría en el charco de Las Lisas. Una bandera roja no parece suficiente para frenar a los más intrépidos e irresponsables.

Sea como fuere, Daute regala auténticos momentos de tranquilidad junto al mar. Del que se dice que «para todo mal, el mar… y para todo bien, también». El turista y habitante se encuentra ante una comarca que ofrece naturaleza en estado puro de manera gratuita y con una temperatura propia de la primavera en medio del invierno.