Antonio, el pastor que guió a la Guardia Civil en busca del parapentista

Recibió una llamada del Parque Rural de Teno este domingo y ayudó a localizar al hombre que había realizado un aterrizaje de emergencia en la zona de las Ávilas Grandes

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En un tiempo en el que la comodidad y el modernismo parecen primar por encima de todo, la esencia más tradicional florece en algunas ocasiones para demostrar que la calidad de vida no está reñida con la prosperidad material. Frente al ruido y la masificación de la ciudad, vivir en total sintonía con la naturaleza sirve a veces para ayudar a cometer heroicidades. Es lo que le ocurrió a Antonio González, un pastor de Teno Alto que ayudó a la Guardia Civil a localizar a un parapentista que había aterrizado de emergencia en los acantilados de Los Gigantes la tarde de este domingo.

La Guardia Civil llegó a Teno Alto a las 10 de la noche

Él no se ve como protagonista y le quita importancia a su labor, acuñándosela al Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de la Benemérita. Pero lo cierto es que difícilmente los agentes habrían podido acceder al lugar de noche sin la colaboración de este pastor buenavistero.

Antonio tiene 47 años y se conoce los caminos de Teno al dedillo. Los señalizados y los más recónditos. Fruto de su experiencia, el domingo por la noche recibió una llamada del Parque Rural. Le informaban de que un hombre se había visto obligado a realizar un aterrizaje de emergencia sobre la zona de las Ávilas Grandes, a unos 150 metros de altura sobre el mar. El Grupo Especial de Salvamento (GES) del Gobierno de Canarias no realiza vuelos nocturnos en helicóptero y la operación queda en manos de la Guardia Civil, que finalmente decide llegar hasta el lugar por tierra.

Antonio recibe a los agentes del GREIM en torno a las 10 de la noche y los guía desde Teno Alto hasta el acantilado por un camino solo apto para los conocedores de la zona. La oscuridad de la noche lo confunde en un primer momento y toman un camino equivocado, pero rápidamente vuelven sobre sus pasos y emprenden el sendero correcto.

La operación finaliza las 3 y media de la mañana, cuando el parapentista, los agentes de la Guardia Civil y Antonio regresan al caserío. En medio, discurren más de tres horas en los que la expedición llega hasta el lugar en el que el parapentista permanecía desde que avisó a los servicios de emergencia. “Estaba echado allí”, titula Antonio, reflejando el perfecto estado del hombre de 30 años que, además, contaba con ropa de abrigo.

El pastor cuenta a DAUTE DIGITAL cómo el lugar “no estaba muy bueno”. “Es una media ladera por encima de la cueva de las Ávilas Grandes, aunque había espacio suficiente para aterrizar con el parapente”, relata. Antonio explica también cómo los agentes del GREIM instalaron varias cuerdas en el risco como prevención para efectuar el rescate, “aunque no hicieron falta”.

Antonio no le da mayor trascendencia a su labor. Vive centrado en echar una mano en casa con el pequeño ganado de su familia. “Tengo un par de cabras, pero eso solo no da para vivir.” Acciones como la de esa noche reflejan cómo los pastores no sirven solo, ni mucho menos, para cuidar un rebaño.

Codirector de DAUTE DIGITAL y redactor en COPE Canarias. Grado en Periodismo por la Universidad de La Laguna y Máster en Innovación en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández de Elche.