La peregrinación extraordinaria de San Roque con motivo de su próximo nombramiento como patrón general de Garachico se ha expandido tanto que ya ha sobrepasado con creces los límites geográficos de su municipio, llegando casi a confundirse con una intensiva ruta comarcal.
La necesidad imperiosa de salir del término municipal de Garachico para llegar a los barrios de medianías ha servido a la peregrinación de San Roque como ocasión única para que el santo haya llegado al ecuador de su viaje pisando los municipios de Icod, Los Silos y El Tanque.
Mención especial merece este último. Siete días exactos ha estado San Roquito en el municipio tanquero, pernoctando en todos y cada uno de los barrios y localidades. Desde San José de los Llanos, pasando por Erjos (con incursión en tierras silenses), Ruigómez, El Tanque Alto y El Tanque Bajo, a donde ha llegado este viernes para realizar su última parada antes de volver a entrar en el municipio de Garachico.
Este domingo se despide de El Tanque y baja a San Pedro
La semana que acaba, más allá de la intensa agenda de celebraciones, ha puesto de manifiesto el fervor que los tanqueros profesan al protector del pueblo vecino. Ya lo dijo Román Martín en la plaza del casco histórico: “Garachico y El Tanque hemos estados unidos a lo largo de la historia por muchas circunstancias”, señaló el alcalde. Muchas buenas, como el suministro de agua gracias al estanque que dio nombre al pueblo o por la afiliación de sus vecinos a la parroquia garachiquense de San Pedro. Pero también alguna mala, como la catastrófica erupción de 1706 que, antes de sepultar el puerto de Garachico, se llevó por delante el casco antiguo de El Tanque, a donde este viernes ha llegado el santo.
“Siempre somos los tanqueros quienes bajamos a verte a Garachico en tu romería, pero hoy eres tú el que viene a visitarnos a nuestro pueblo”, expresaron los vecinos ante la imagen de San Roque y su alcaldesa honoraria, la Virgen del Buen Viaje.. Este domingo, la imagen abandona el municipio de medianías para hacer incursión de nuevo en su pueblo, llegando a San Pedro de Daute en una caminata que se presenta como la más dura. A un mes de poner punto y final a esta extensa peregrinación, el derroche de fervor por el protector de la Villa y Puerto en cada localidad va poniéndoselo cada vez más difícil al siguiente barrio… Pero, aún así, lo consiguen.
