La Isla Baja acoge desde hace más de una década varios rodajes nacionales e internacionales al año. Sin embargo, son pocos los que, más allá de localizar aquí; deciden ambientar sus historias en los pueblos de Daute.

De pequeño recuerdo lo feliz que me hacía leer una novela ambientada en lugares donde había estado. Me sucedía en el colegio y el instituto, cuando la planificación de la asignatura de literatura escogía —raramente— un libro emplazado en las Islas.

Crecí y en mi desarrollo profesional me encontré con un incipiente interés por el cine canario y por el cine en Canarias —que aunque suena raro, ambas cosas no son lo mismo—. Esto me llevó a querer ‘catar’ todo el material audiovisual que fuera rodado en el Archipiélago y, aunque me falte mucho, ese impulso me ha dado una visión general de lo que sucede en Canarias.

Al mismo tiempo, ese interés se duplica cuando reconozco alguna zona de Daute y se lo cuento con gran entusiasmo a la primera persona con la que puedo sentarme a hablar tranquilamente (como si hubiera descubierto algo que nadie más supiese).

El cine me hace sentir la misma emoción que cuando era pequeño y leía una novela ambientada en un espacio reconocible. Me emociona ver una parte de mi vida en una pantalla, reconocerla y admirar sus bondades expresadas a través del ojo de un cineasta.

Eso mismo me ha pasado con ‘Érase una vez en Canarias’, la última película de Armando Ravelo, que ambienta una pequeña —pero importante— parte de la trama en Buenavista del Norte. Lo mejor es que el cineasta teldense no solo instrumentaliza el pueblo como un elemento necesario en su narración, sino que le devuelve la predisposición y ayuda ofreciendo una historia que transcurre aquí.

Normalmente el cine realizado en Canarias tiende a recrear espacios abstractos —espacios que solo existen en la ficción— y pocas veces se acuerda de reconocer los lugares narrativos como los lugares donde se localiza. Uno de los mejores ejemplos de esto es ‘Jason Bourne (Paul Greengrass, 2016) que utilizó las calles de Santa Cruz para narrar una historia que sucedía en Atenas.

Desde hace más de una década, Canarias se ha convertido en un lugar habitual para filmaciones extranjeras y nacionales debido a los beneficios fiscales. Un hecho que ha incrementado el número de empresas y trabajadores asociados al audiovisual. Sin embargo, el cine tiene un beneficio indirecto asociado al turismo.

Los mayores ejemplos de esto son las numerosas localizaciones que se han favorecido de la serie ‘Juego de tronos’ (David Benioff & D.B. Weiss, 2011-2019) o el caso de Matamata (más conocida como Hobbiton) en ‘El Señor de los anillos’ (Peter Jackson, 2001), que se ha convertido en uno de los lugares más visitados de Nueva Zelanda a la par que se ha transformado en un parque temático.

A menor escala tenemos en Canarias el caso de la serie ‘Hierro’ (Pepe Coira & Jorge Coira, 2019-2022) que ha propulsado varias iniciativas a nivel público y privado para visitar sus localizaciones. Un producto que ayuda a potenciar una economía externa a la cinematográfica.

«Canarias se ha convertido en un lugar habitual para filmaciones extranjeras y nacionales debido a los beneficios fiscales»

En ese sentido, Armando Ravelo siempre ha expuesto que para él es muy importante reconocer nuestros pueblos en la gran pantalla, ya que eso genera un beneficio extracinematográfico si se hace desde el cariño. Y él lo hace desde el cariño, porque con suma precisión y con la ayuda de Dario Missaghian (director de fotografía) retrata algunos de los lugares más emblemáticos del municipio como la plaza o la iglesia de Los Remedios.

Nola, la protagonista de ‘Érase una vez en Canarias’, llega a las Islas en cayuco para buscar a su padre (con las consecuentes desventuras que un inmigrante tiene que vivir en nuestra tierra). Su camino —al estilo de una road movie— la llevará a pasar por las calles de Buenavista del Norte. Ahora, esas calles, tendrán la oportunidad de verse en el Diversity Film Festival de Ontario, el SEVIFF de Sevilla, el Lift-Off de Berlín y el Around Films de Amsterdam. Y desde el equipo siguen a la espera de que otros festivales la seleccionen, así como a su estreno comercial a finales de 2023.

Un filme en el que sentirnos representados y que hará que durante la exhibición de su metraje, Buenavista del Norte esté presente en varios lugares del planeta.

Graduado en Historia del Arte por la Universidad de La Laguna. Máster en Cinematografía por la Universidad de Córdoba