Mi madre solía decir «albárdame a este cangrejo«, para mostrar extrañamiento ante situaciones irracional-surrealistas que no lograba entender. Expresión difícil de visualizar, aunque con los años voy entendiendo la metáfora de albardas y lomos.

Nos acabamos de enterar que las autoridades municipales de Los Silos van a llevarse las aguas fecales sin depurar de Garachico para unirlas a las suyas y verterlas en sus costas; evitando así que el municipio vecino siga contaminando las suyas. Para las tareas de bombeo y trasiego de las aguas fétidas han elegido al Consejo Insular de Aguas (CIATF), que les cobrará unos ochenta y tantos mil euros cada año por la gestión (que tendrán que pagar los vecinos y vecinas en sus recibos del agua).

Pero, además, el Consejo exige que le cedan la propiedad de las instalaciones; adueñándose así de bienes patrimoniales vecinales que le garantizará un total control en el futuro. Los gobernantes municipales, con la acordada donación de las instalaciones y terrenos de la depuradora de El Polvillo (Sibora), completarán el regalo, pues en algún tiempo anterior habían cedido la titularidad del emisario –que era propiedad de Los Silos- para un supuesto uso comarcal, según indican, que incluirá los vertidos de una desaladora cuyo proyecto han mantenido en secreto. Lo dicho se plasma esencialmente, junto a otras cláusulas que denotan mal gobierno, en el convenio a cuatro años -prorrogable automáticamente- que acaban de firmar y cuyos detalles se niegan a hacer públicos.

Convenio que, en contra de lo que se dice, Los Silos no podrá resolver de forma unilateral sin indemnizar por los perjuicios que causara; por lo que de facto acepta recibir las aguas de Garachico sine die. Es decir, con esta operación acaban de hipotecar su autonomía municipal para la gestión y control de sus propias aguas, cediéndola al CIATF con el peligro de que se convierta en negocio.

Dicho de otra manera para que Sus Majestades me entiendan: Garachico ve un rollo eso de depurar y reutilizar las aguas negras regeneradas en beneficio propio; lleva más de veinte años tirándolas al mar y contaminando sus costas. Pero como la Unión Europea le está sancionando por ello, se le ha ocurrido la feliz idea de quitarse la mierda (perdón) de encima, intentando trasladarla a otros municipios para que le hagan la ingrata tarea. Hace unos meses intentó llevarla a Valle de Guerra por medio de un carrusel de cubas financiado por el Cabildo, que hubiera costado 4.750.000 € al año, según datos del Consejero del Cambio Climático (señal de que no hay problema de dinero), pero los alcaldes de La Laguna, Tacoronte y Tegueste montaron en cólera por su insolencia.

Y, claro, no le queda otro remedio que mandarla al municipio de al lado para seguir pasando de sus obligaciones, ya que Los Silos cuenta con las instalaciones adecuadas para tirarla al mar sin que se note. Es decir, con el convenio que acaban de firmar Los Silos esconderá la caca de Garachico bajo sus aguas y, encima, sus vecinos tendrán que pagar parte de la cuota de este dislate en sus recibos del agua. Y en esa estamos si la autoridad competente, o la cordura, no lo remedian; vamos, que han hecho un pan como unas tortas.

Garachico ve un rollo eso de depurar y reutilizar las aguas negras regeneradas en beneficio propio

Los administradores de los bienes de la ciudadanía de Los Silos argumentan que se ven obligados a recibir los desechos del municipio de al lado porque están sufriendo presiones, coacciones y amenazas de denuncia ante la fiscalía. Debido a que están vertiendo aguas negras sin autorización al no poder asumir la reparación del emisario; y que de seguir así darán con sus huesos en la cárcel, según les aseguran los juristas y técnicos  que les asesoran. Y creo yo que los asesores confunden el culo con las témporas (o churras con merinas, si se quiere una expresión más fina) en su asesoramiento (cuyos criterios técnicos se niegan a hacer públicos).

No les alertan sobre que el verdadero delito es contaminar, pues lo de verter sin permiso es una simple falta administrativa que se resuelve rellenando la solicitud. Me explico: lo que Los Silos arroja al mar tendría obligatoriamente que ser autorizado porque está dentro de los parámetros de contaminación aceptables (aunque no convenientes), y porque en idénticas condiciones lo hacían hasta 2017, año en el que dejaron caducar el permiso. Pero, claro, para legalizar nuevamente hay que hacer una solicitud y eso parece que cuesta.

Sus asesores deberían advertirles de que la suma de las aguas sin depurar (con tratamiento adecuado como eufemísticamente se denomina a un simple cribado) de los dos municipios, excede lo máximo autorizable atendiendo a los condicionantes que imponen las leyes. Pero eso -que todo hay que decirlo- en el supuesto caso de que las autoridades quisieran cumplir las leyes, claro, ya que se constata que quien hizo la ley hizo la trampa. Basta con observar las cantidades ingentes de aguas sin depurar que se vierten desde el área metropolitana de Santa Cruz al muelle de La Hondura sin que pase nada.

Señores Magos de Oriente, la zona donde se van a verter las aguas fecales sin depurar, contaminadas, entre otros, por excrementos humanos con restos de antibióticos y otros residuos peligrosos procedentes de quimioterapia, persistentes, Covid, etc., es utilizada para la pesca artesanal y está plagada de nasas de captura. Como es fácil de deducir los peces, los ricos camarones de la zona o los mariscos no saben discriminar la materia que ingieren en su dieta que se verá trasladada a la cadena alimenticia. Me pregunto cuál será la opinión de los propietarios de los restaurantes de pescado fresco de la Isla Baja, desde Garachico a Buenavista pasando por Los Silos; o la de las familias que compran pescado en la zona.

Seguramente no les hará mucha gracia que los responsables públicos, en lugar de depurar las aguas fecales y reutilizarlas, usen el mar y los peces como depuradora. Me imagino la que se armará cuando los consumidores de pescado, camarones y marisco se enteren del rico manjar que reciben. Tampoco me quiero imaginar la reacción de los bañistas que ingieran buchitos de agua fétida contaminada al nadar en el agua que ponen a su disposición para disfrute las autoridades.

No me quiero imaginar la reacción de los bañistas que ingieran buchitos de agua fétida

Visto lo visto, no creo que los responsables de la salud pública estén por la labor de acotar la zona afectada por los vertidos -como obligan las leyes- para separar convenientemente las zonas de pesca, baño, desalación, etc. Si lo hicieran tendrían que mudarse a pescar y a bañarse a Punta de Teno.

Pero quien manda, manda y para eso está el Consejo Insular que, como reconoció a Daute Digital el alcalde de Buenavista en octubre pasado, presiona y les avasalla porque no le gusta el modelo de depuración que los municipios defienden para la Isla Baja. Y llegado a este punto Sus Majestades se preguntarán: ¿quién es ese Consejo que se permite presionar y avasallar a los responsables municipales (elegidos para administrar los recursos de la ciudadanía), imponiéndoles disparatados modelos de alto consumo energético para que traten el agua según sus intereses? ¿Qué autoridad tiene el Consejo para, si se portan mal, obligarles a tirar el agua al mar?

Señores Magos, la Junta General del CIATF está formada por 50 miembros, compuesta mayoritariamente por empresarios y asociaciones relacionadas con el negocio del agua. El 52 % (26) representan al sector privado vinculado al agua, frente al 48 % (24) representantes públicos elegidos por la ciudadanía (concejales  de Ayuntamientos, consejeros del Cabildo y Gobierno Autónomo). Pero, ojo, que en el actual debate hay más de uno del segundo grupo que se cuelga a los intereses del primero. Supongo que a Sus Majestades le parecerá marciano que el sector privado del agua marque el ritmo a los alcaldes, pero en Canarias somos así. Si piensan que me volví loco, les invito a que visiten la web del CIATF para que conozcan la identidad de los 50 miembros de la Junta General del Consejo.

Les parecerá marciano que el sector privado del agua marque el ritmo a los alcaldes

Pero con todo, el principal problema de la ciudadanía no es el CIATF, que es un simple colaborador necesario y está para lo que está: defender los intereses que marca su Junta General. El verdadero problema está en algunos representantes públicos, que elegidos para que defiendan nuestros intereses han perdido el norte, la coherencia y el sentido común. Una vez elegidos en base a seductoras propuestas de buen gobierno, se pasan de lleno y sin rubor a la estrategia de la cancamusa. 

Para terminar, Señores Magos; atendiendo al cronograma del convenio que se acaba de firmar, la finalización de las obras de reparación del emisario y la rehabilitación de la estación de Sibora están previstos para mediados de 2024. Según han asegurado los gobernantes, hasta que dichas instalaciones no estén en óptimas condiciones no se podrá autorizar el vertido, por lo que hasta dentro de dos años y medio Garachico no podrá enviar sus aguas a Los Silos; a menos que por alguna argucia se atrevan a hacerlo sin terminar las obras, habrá que estar atentos.

Creo que para este viaje no hacían falta alforjas, la depuradora natural reclamada por la ciudadanía desde hace más de cuatro años ya podría estar en funcionamiento. Como no ha sido así, a día de hoy se podría corregir y retomar su ejecución, que demoraría menos tiempo y requeriría mucho menos gasto que el destinado a lo que pretenden hacer, además sería la solución definitiva que permitiría reutilizar las aguas para el riego de jardines, aseo urbano, obras, etc. Según los datos del CIATF se piensan tirar al mar 1.113 m3 de agua (2.226 pipas) cada día. ¡Buen negocio ¡Buen gobierno!

Agua residual y agua depurada

La estrategia utilizada por el Cabildo y CIATF (en base a estudios… de estudios… de viabilidad… sine die), está urdida para que los municipios se avengan a aceptar sus postulados, renunciando a los modelos de depuración natural de nulo o escaso consumo energético que recomienda la Unión Europea para poblaciones inferiores a 5.000 habitantes. No interesa que cundan en la isla tecnologías como las experimentadas en Francia desde hace más de treinta años, donde el 40% de las depuradoras del país funcionan con sistemas de escaso o nulo consumo energético; como la de Nègrepelisse para 6.000 habitantes equivalentes. Tampoco interesa que se conozca la tecnología natural empleada en el aeropuerto de Heathrow en Londres; o la de Castelló d´Empúries en Girona, que depura 1.500.000 m3/año, tres veces más que toda la Isla Baja. 

Señores Magos de Oriente que todo lo saben: ¿A qué creen que se debe toda esta argucia? ¡Albárdenme este cangrejo!