Buenavista del Norte celebra la décima edición de sus Jornadas de Patrimonio Cultural y Turismo dedicándoselo a las industrias creativas. Un sector castigado por su carácter abstracto e intangible. Características que no proporcionan un valor económico determinado, pero que en 2019 coparon el 3% del PIB de España. Elena Pérez, coordinadora de las jornadas y profesora del Grado de Turismo de la Universidad Europea de Canarias, aporta este y otros datos en esta entrevista. Asimismo, este 27 de noviembre diferentes ponentes del mundo debatirán sobre este aspecto convirtiendo al municipio en el epicentro mundial de la gestión del patrimonio cultural y el turismo. 

Se celebra la décima edición de estas jornadas. Este año en medio de una pandemia mundial. ¿Cuántas ganas hay de sacar este proyecto adelante para adaptarlo a la situación actual?

En cada edición hemos puesto mucha ilusión para realizar las mejores jornadas cada año. En esta ocasión también ha sido así. Cuando en el mes de marzo se activó la situación que aún hoy estamos viviendo, asumimos rápidamente que debíamos seguir diseñando la organización del evento, pero desde diferentes perspectivas y escenarios.

Me gustaría destacar la ilusión de todos y cada uno de los ponentes que participan en esta edición, pues todos ellos aceptaron desde el primer momento acompañarnos, a pesar de las circunstancias y crisis generada por la COVID-19, lo que nos transmitió mucha fuerza y permitió cerrar un programa de tanto nivel y con tanta representación de la cultura de nuestro país.

El tema central de esta edición son las industrias creativas. ¿El pensamiento y la creación de ideas son una industria en sí?

La creatividad se considera una parte muy importante de la economía desde hace ya varias décadas. Según los resultados de la encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España 2019, el consumo de la cultura aumenta en nuestro país. La música, los libros, el cine, visitar museos, asistir a conciertos o ver exposiciones, se encontraban entre nuestros hábitos. Poner en marcha actividades asociadas a la creatividad, como oferta cultural y turística, implica además que muchas personas, con su trabajo, se vean involucradas en todo el proceso de creación hasta que podemos disfrutarlo.

En ese mismo año, en el 2019, en torno a 700.000 personas trabajaban en el sector cultural y estas actividades representaron el 3% del PIB. En las jornadas de este año tenemos muchos ejemplos de todo ello, así como del impacto social y económico en nuestros territorios insulares.

El concepto industria creativa y el sector que lo compone parecen tener menos valor en el ideario colectivo por ser algo abstracto e intangible. ¿Está revalorizándose? 

Con frecuencia, la originalidad de las ideas y de la creación no se ven asociadas a un valor económico. Pero es este valor lo que permite su continuidad, que exista y se mantenga. Hay un conflicto entre lo que conceptualmente algunas personas están dispuestas a pagar por consumir cultura y patrimonio cultural, y entre aquellas otras que consideran que las ideas y los productos asociados, deben ser gratuitas y deben mantenerse al margen de los procesos de mercantilización.

En mi opinión, los consumidores de cultura debemos aprender a demandar qué tipo de productos queremos consumir y no quedarnos exclusivamente con lo que se nos ofrece de un modo más, digamos que oficialista o institucionalizado. Las instituciones deben velar por una correcta gestión de la cultura y del patrimonio cultural, apoyar la creación, la generación de trabajo en torno a ello y de hacerlo visible, pero no pueden determinar lo que es o no cultura, así como sus formas de consumo.

En este conflicto, la percepción del valor económico de las ideas y del talento de las personas se diluye y se confunde, y esa conciencia del valor económico de una idea no termina de ser entendida por una parte de la sociedad.

Todo este sector adaptado al turismo hacen de la experiencia del visitante algo más que el conocimiento de un nuevo lugar. 

Los turistas demandan cada vez más actividades relacionadas con la cultura y con el patrimonio cultural. Las experiencias de este tipo no son las tradicionales de los circuitos turísticos y este tipo de personas que viajan motivadas por conocer, aprender y pasarlo bien con nuestras costumbres, tradiciones, en nuestro entorno y con nuestro modo de vivir, buscan actividades originales y diferenciadoras.

«Las instituciones no pueden determinar lo que es o no cultura»

Sabemos, además, que los datos en torno a la evolución del turismo en nuestro país están manifestando un cambio de modelo y la situación actual generada por la crisis sanitaria están forzando una profunda transformación en la actividad turística. El turismo es una actividad muy transversal y capaz de generar acciones diferenciadoras basadas en la cultura y el patrimonio cultural y que serán claves en la recuperación del sector.

Con esta décima edición las jornadas cobran una proyección internacional debido a la posibilidad del streaming y la asistencia de gente de diversos países. ¿Es esta una oportunidad única para mostrar al mundo la riqueza de Buenavista del Norte?

Desde hace unos años, las jornadas han adquirido una dimensión internacional al incluir en su programa a ponentes de fuera de España. En esta ocasión, esa dimensión se verá potenciada porque las hemos hecho más accesibles al optar por un formato en streaming. A día de hoy, más de cien participantes se han inscrito desde diferentes partes del mundo. En este escenario, no solo el municipio de Buenavista del Norte se expondrá internacionalmente, sino que es muy probable que sea la primera vez para muchas personas de otros países conocer dónde está Buenavista del Norte.

Esta modalidad, además, nos permitirá proyectar un evento de alta calidad, un producto que durante diez años ha sido foco de atención por los profesionales de la gestión de la cultura, del patrimonio cultural y del turismo y que, por tanto, también posicionará a este municipio como un referente profesional en ese ámbito.

Ya son cinco las jornadas que lleva coordinando. ¿Cómo han evolucionado? ¿Cómo han llegado a convertirse en un referente?

Las instituciones y personas que han colaborado con la organización de las jornadas, durante mi experiencia en estos últimos cinco años, siempre han apoyado la idea original de diseñar unas jornadas en cuyo programa se incluyese perfiles profesionales diversos, de áreas y sectores también diferentes, tanto privados como públicos, y de referentes tanto nacionales como internacionales.

Las temáticas siempre han sido actuales y tratan de dar una visión y una respuesta a problemáticas comunes en toda la cadena de la gestión del patrimonio cultural, la cultura y el turismo. Todo ello ha sido un atractivo para muchos profesionales de estos sectores y también para los estudiantes de nuestras universidades, quienes siempre han ocupado un papel muy importante, tanto como asistentes, como colaboradores en la organización.

Buenavista del Norte ofrece un paisaje rural y urbano excepcional en el que sus habitantes, la comunidad de este municipio, son el principal incentivo y la motivación para que todo esto se produzca y sea la realidad, ya consolidada, que es hoy la celebración de las décimas jornadas de patrimonio cultural y turismo.