Hay algunas noches que se esperan en la Isla Baja con especial ilusión. La del 6 de septiembre está marcada en rojo en el calendario de los silenses. Es la Elevación. La tradición marca que la Virgen de la Luz se suba hasta su camarín y aparezca con sus mejores galas ante la vista de los cientos de fieles que abarrotan el templo parroquial.
En un ritual único en Canarias que se repite año tras año, un torno del siglo XVIII y tres hombres que lo manipulan manualmente son los responsables de llevar devolver la Luz al pueblo. Y es que las fiestas patronales, aunque hayan sido pregonadas el pasado 31 de agosto, no arrancan del todo hasta que la patrona vuelve a presidir su retablo.
Para que esto llegue a ocurrir han tenido que pasar más de dos semanas y media. La imagen fue retirada del culto, como es habitual, en la segunda quincena de agosto y durante ese tiempo se engalana para los actos en su honor. Como se les suele decir a los niños cuando entran en la iglesia y preguntan por ella, «la Virgen se está poniendo guapa para las fiestas».
La cita cambia este año de horario. Se adelanta a las 21.30 horas, en lugar de las 22.00, como solía ser habitual en las últimas décadas. A esa hora, llegará una nueva Elevación y se desvelará también una de las grandes incógnitas de cada año, el color del manto que luce la Virgen.
Fiesta de Arte con Juan Cruz
Los actos de las fiestas continuarán tras la misa. A las 10 de la noche, el patio del exconvento de San Sebastián acoge la Fiesta de Arte, con la intervención del mantenedor, que en esta ocasión recae en el periodista portuense Juan Cruz, cofundador del periódico El País. Un invitado de lujo para una noche que también contará con la salutación de la alcaldesa, Macarena Fuentes —se estrena tras su elección—, y con la actuación musical de Claudia Álamo y Belsech Rodríguez. Ellos, acompañados de Marcos del Castillo, pondrán en escena Mujeres: la voz del mundo.
