Garachico es conocido por sus paisajes, su cultura y su tradición, pero también por ser la cuna de grandes deportistas. Los hermanos David y María Velázquez, de 26 y 17 años y procedentes de El Volcán, son dos referentes del golf a nivel regional y autonómico. De hecho, el pasado sábado, 10 de agosto, ambos se proclamaron campeones del Circuito Regional Canario 2019. Durante más de una década la pasión por este deporte ha creado, en torno a la figura de los dos garachiquenses, una reputación impecable avalada por los reconocimientos y trofeos que durante su trayectoria han ido cosechando. Sin embargo, para ellos el mejor premio ha sido y será compartir la experiencia de hacer lo que les gusta juntos.

– ¿Desde qué edad practican golf?

María: De verdad, tengo un lío con eso (risas)… Yo tengo la licencia desde 2008, pero jugando llevo desde los 4 años.

David: Desde los 12-13 años. Realmente empezamos más o menos juntos.

Primera foto de María en un campo de golf (La Orotava, 2006)

– ¿Y por qué el golf y no otro deporte?

D: A mí siempre me ha gustado el deporte en general. He practicado tenis, baloncesto, fútbol, vovinam… Pero el golf fue algo que llegó por mi padre y por un amigo. Yo empecé a jugar por este amigo que para nosotros ha sido como nuestro padre también. Él nos trajo, nos dijo «venga, vamos a probarlo» y vinimos los tres. Y así, dándole a la pelota, descubrimos que nos encantaba. Ese mismo año salió una subvención de CajaCanarias para facilitar el comienzo de los jóvenes en el golf y las clases eran muy baratas, así que las aproveché. Ella igual. Eso nos facilitó luego el acceso a la academia y todo lo que ha venido después.

Sin el campo de golf de Buenavista creo que no hubiéramos sabido sobre este deporte

– ¿Creen que la presencia del campo de golf de Buenavista y la cercanía con Garachico ha sido un precedente para que hayan seguido practicando este deporte?

M: Para mí, sí. Mi hermano, por ejemplo, ahora no vive aquí y tiene coche, pero yo que tengo que venir todos los días… Realmente pienso que para mí esta es mi segunda casa.

D: Yo ahora mismo me turno por todos los campos, pero antes, cuando vivía aquí y dependía más de mis padres venía aquí siempre. Si no hubiera estado este campo creo que no hubiéramos sabido sobre este deporte y no lo practicaríamos.

– A ustedes se les ve muy compenetrados y se nota que se conocen muy bien. Si se tuviesen que describir el uno al otro, ¿qué dirían?

D: A ella yo la describiría como una persona luchadora porque es una chica que a la hora de jugar y de expresarse le pone muchas ganas, parece que no, pero cuando está en un torneo siempre le mete más ganas que otros, se intenta superar en todo momento.

M: Uff, es muy difícil. Yo creo que nos parecemos mucho en eso de ser luchadores porque, por ejemplo, hay veces en las que sin entrenar mucho mi hermano le pone tanto empeño que lo hace muy bien, no como yo que a lo mejor tengo un mal día y se me nota. Yo lo miro y pienso «ojalá pudiera ser como él», pero no.

– Para ustedes, ¿qué significa compartir pasión y vida?

M: Yo me pico mucho con él. De hecho, ahora mismo estamos picados porque él tiene mejor hándicap que yo y digo «quiero bajar, quiero bajar, así le gano».

D: Es un pique sano (risas). Es como «yo quiero estar mejor que tú, pero al mismo tiempo quiero que juegues mejor que yo». Realmente es difícil porque como en realidad no jugamos en la misma categoría es malo y bueno. Bueno porque no tengo que luchar contra ella, pero malo porque actualmente, como estamos al mismo nivel de juego, jugamos siempre juntos y aunque yo vaya bien me influye cómo esté ella. Si yo la veo que da un mal golpe o que no le están saliendo las cosas como le gustaría me afecta, no sufro, pero es como querer ayudar a alguien y no poder. Yo creo que a ella le pasa lo mismo. Es algo difícil de llevar.

M: Luego, cuando jugamos juntos nos ayudamos entre nosotros, nos aconsejamos y trabajamos juntos.

– ¿Cómo es la dedicación de un golfista?

M: Sufres porque parece que le dedicas más tiempo al golf que a tu vida en general porque, por ejemplo, si tengo torneo yo estoy aquí todos los días y son muchas horas. Mis amigas me dicen «¿vamos a dar una vuelta?» y yo siempre les tengo que decir «no puedo, tengo que entrenar». Luego cuando tengo exámenes tengo menos tiempo para entrenar… Es chungo porque no puedo disfrutar de mi vida al completo, pero también me aporta un montón.

D: En mi caso es casi lo mismo. Tienes que dedicarle horas a todo, al trabajo a los entrenos, a tu familia… Y a veces las sacas de donde no las hay. Es un poco sacrificado, pero yo creo que sin sacrificios no hay recompensa.

– Entonces, ¿vale la pena?

D: Yo creo que después de todo lo que hemos vivido, de las experiencias en la Península, porque no me imaginaba nunca ir a jugar un torneo… Pues sí, si que vale la pena. Hay veces en las que puedes pensar que no porque creo que no todo tiene que girar en torno al deporte, pero creo que estoy en un 50-50%.

M: Sí, sí. Yo opino lo mismo. Hay veces en las que te entran más ganas de una cosa que de la otra, pero luego cuando estoy aquí lo que pienso es que no me quiero ir.

– Ustedes llevan muchos años en esto y han visto a mucha gente llegar e irse, ¿cómo definirían el perfil de un buen golfista?

D: Yo creo que tiene que tener muchas ganas de practicarlo. Yo tengo amigos buenos en esto que empezaron conmigo y que al final le faltaron ganas de seguir y acabaron dejándolo. Si se empieza algo hay que acabarlo y han quienes no piensan así, quien sin terminar de probarlo ya están cansados.

Quien quiere jugar el golf puede, vale más el empeño que el dinero

– ¿Es cierto el mito de que el golf es para ricos?

M: Es mentira. Mis amigos siempre me dicen «eso es un deporte de ricos», pero la verdad es que a mi familia no le sobra el dinero y aun así juego. Quien quiere puede, vale más el empeño.

D: No, nosotros no somos una familia adinerada. Mi padre ha trabajado toda la vida en el servicio técnico del Hotel San Roque y mi madre ahora es jardinera. No hace falta tener un alto poder adquisitivo para jugar si sabes buscar cómo hacerlo, por ejemplo, con material de bajo precio, que no es sinónimo de baja calidad. No hay que irse por grandes marcas o sí, pero aprovechar lo que podamos encontrar de segunda mano. Realmente, no es tanto el material, sino las inscripciones a los torneos que suelen estar entre 40 y 100 euros, dependiendo del nivel, la participación, los premios, etc.

– Tienen varios títulos a nivel provincial y nacional, además del recorrido durante más de 10 años. ¿Creen que han tenido el reconocimiento que se merecen a nivel comarca?

D: Se podría decir que este último año sí.

M: El año pasado la Concejalía de Deportes de Garachico nos dio mucha caña, en el buen sentido, por Facebook, y además a mí me patrocinan.

D: También nos premiaron en la Gala del Deporte. Yo creo que en general todo lo que han hecho ha sido bueno no solo para nosotros, sino para muchos deportes que hay en la Isla Baja que están más ocultos. Un ejemplo muy claro es el patinaje, yo no sabía que había un equipo en Garachico y en ese evento me enteré. Es un poco salir de la rutina del fútbol.

Si el golf saliese más en los medios igual hubiese más gente interesada

– En relación a esto último, normalmente los niños y niñas se suelen decantar por deportes ‘más reconocidos’ como el fútbol, el baloncesto, el atletismo, el tenis, etc. Sin embargo, el golf no está tan a la orden del día, sobre todo entre los jóvenes, ¿por qué creen que ocurre esto?

D: Yo creo que es porque desde pequeños nos marcan los estándares, porque siempre nos ponen esos deportes como los únicos que podemos conocer y practicar y no nos dan la oportunidad de salir de ese círculo. Los medios de comunicación influyen mucho en este sentido porque siempre nos muestran lo mismo. Si el golf saliera más igual hubiese más gente interesada.

– De haber alguna razón que les obligase a abandonar esta práctica deportiva, ¿cuál creen sería?

D: Siempre hay algo, sí. Por mi parte sería la distancia y el trabajo. De momento me dificulta por los cambios de horarios y demás, pero no me impide practicarlo. Pero eso, tendría que ser algo de fuerza mayor.

M: A mí me gusta el deporte, pero soy de las personas que piensan que está bien hasta que se convierte en una obligación porque yo también quiero disfrutar de la vida. No todo es el golf, el golf y el golf o lo que sea que me guste. Yo creo que a día de hoy si es cierto que si lo tuviera que dejar sería por algún motivo demasiado serio, pero no sabría decir cuál.

– ¿Cuáles son las próximas metas que tienen en mente?

D: No sé si estoy clasificado o no en la Ryder Cup, un torneo que se juega entre provincias, Tenerife contra Gran Canaria, y se clasifica a través de este circuito. De momento voy primero y creo que sí podré participar.

M: Yo, en este caso, puedo jugar el circuito, pero al ser menor de 18 años no puedo optar al torneo interprovincial. Pero una de mis metas es volver a estar con la canaria en el Torneo Interautonómico. El año que viene lo tendré un poco más difícil porque entrarán chicas más pequeñas que yo, pero si ya fui este año porque me he esforzado espero el próximo también poder participar.

Mi hermano es mi referente en el mundo del golf

– ¿Quiénes son sus referentes en el mundo del golf?

M: Mi hermano.

D: Yo tendría que decir dos nombres, uno no es profesional, que sería mi padre, la persona que nos metió en esto y que ha puesto ganas y esfuerzo para que llegáramos donde hemos llegado. Por otro lado, en el ámbito profesional, me quedo con Miguel Ángel Jiménez, me gusta cómo juega, su forma de ser, la mentalidad que tiene…

M: ¡Y yo lo conocí! A mí también me gusta mucho por lo que ha dicho mi hermano, compartimos también referente.

– ¿Cómo entrenan los hermanos Velázquez?

D: Nosotros entrenamos más que por sensaciones por rutinas. Siempre que venimos a entrenar calentamos, primero que nada y de menos a más: de palos más cortos, con los que haces menos distancia, a los más largos. Vamos buscando feeling y subiendo hasta que llegamos al driver. Ya después de haber hecho todos los palos buscamos en qué hemos podido fallar y volvemos atrás. También vamos al putting green donde practicamos los golpes cortos, golpes acercándose a bandera para meter, lo que sería el último golpe de cada hoyo.

– ¿Se puede vivir del golf?, ¿han pensado alguna vez en ello?

M: Se puede vivir sí, pero es muy complicado y más en Canarias. Tienes que irte a la Península o a Estados Unidos.

D: El acceso profesional a nivel nacional e internacional es muy complicado. Creo que tienes que tener muchos recursos, no solo económicos, sino patrocinios, amigos que estén metidos en este mundillo, hacer muchos torneos para que te vean… Hay que lucharlo y bien. Nosotros decimos lo de Estados Unidos porque es un país donde los jóvenes pueden progresar en el ámbito deportivo al mismo tiempo que lo compaginan con los estudios, además de que ellos tienen el golf muy estandarizado como en España el fútbol.

Sin un padre detrás no hay nada que hacer

– ¿Creen que algo o alguien ha influido en que ustedes hayan llegado donde han llegado?

D: Tengo que destacar a todos los que nos apoyan porque gracias a ellos seguimos adelante. Ya no es solo la cercanía con el campo de golf y la academia lo que nos ha impulsado, sino todas las personas que nos han ayudado a enamorarnos de este deporte. Siempre tenemos detrás al Hotel San Roque y a la Concejalía de Deportes.

M: Ahora mismo yo cuento con el patrocinio del gimnasio Muscle Fitness Center de El Tanque y en breve empezaré a entrenar allí. Pero sin duda, a quienes más agradecemos es a nuestros padres, piezas claves que nos han facilitado todo lo que han podido.

D: Si no hay un padre detrás no hay nada que hacer.

Fotos: Adtemexi Fuentes
Redactora y reportera desde 2018, pero periodista de nacimiento. Máster en Marketing y Comunicación Digital. Máster en Diseño Gráfico Digital. "Hablando hasta por los codos... Desde que aprendí a hablar".