Las obras de demolición y reconstrucción de la rampa de acceso a la playa del Muelle de Garachico han sufrido un inesperado retraso. Los operarios que esta semana han comenzado a excavar en una parte de la rampa han descubierto que el socavón que hay debajo —que propició que hace dos años se restringiera el acceso por ella— es más mayor de lo que se creía hasta el momento.
El alcalde de Garachico, Heriberto González, explicaba en las redes sociales que, concretamente, «se introduce unos tres metros hacia el interior de la carretera Icod-Buenavista, con un descalce evidente del muro de contención de la acera y la propia carretera, ocasionado por la entrada del mar durante los temporales marítimos«.
González reconoce que se trata de algo que no estaba previsto «ni había sido detectado por los estudios geotécnicos realizados antes de redactar del proyecto». Este contratiempo ha obligó el jueves a paralizar los trabajos de demolición de la rampa de la playa, a la espera de un análisis por parte de los técnicos de Carreteras del Cabildo.
Los técnicos insulares comprobaron este viernes la situación y, aunque que no hay riesgo inminente de desplome del muro ni de parte de la carretera TF-42, «sí lo puede haber en el futuro si no se actúa ya», dice el alcalde. La decisión que se ha tomado para la próxima semana es «rellenar con rocas de hormigón» el socavón para asegurar, el muro, la acera y parte de la carretera, una vía fundamental para la comarca.
Desde el Ayuntamiento de Garachico se pide tranquilidad y el alcalde admite que «esta circunstancia retrasará un poco la marcha de las obras de reconstrucción de la rampa», cuya finalización estaba prevista para mediados de junio. A pesar de todo, dice que «debemos sentirnos afortunados a que, gracias a estas obras, hemos descubierto este socavón que podría generar un desplome y una desgracia en el futuro». «Tendremos una acera, carretera y rampa mucho más seguras a las que teníamos», concluye.
De momento, el único acceso es el que se encuentra en la parte orienta de la playa, más próximo a la conocida como curva del Chatarrero, consistente en unos escalones de piedra con una barandilla fijada al muro de la carretera.