Callejones literarios

Color, formas, expresiones y emociones que emanan de los azulejos atraviesan la piel de los paseantes para contarles un trozo de sus vidas

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Callejón es una palabra sonora, llena de sugerencias y sinuosidades, pero también es oscura y turbadora a un tiempo; por eso los callejones se enroscan por los recovecos sombríos y solitarios de los pueblos. Juegan al escondite con la luz. Dibujan siluetas impensadas en los recodos de un cielo de serpentinas. Las nubes acarician desde lo alto sus largas horas de olvidos. Por las noches, amplifican el eco de los pasos taciturnos…

En Los Silos, los callejones parece que olvidan su condición de marginales y desprestigiados. Se han vestido de color y palabras aquellos poco valorados caminos. Son hermosos aunque estén descuidados, son sugerentes aunque los maltratemos, guardan retazos de la historia aunque nadie los recuerde.

Ahora se disfrazan de páginas escritas y de imágenes literarias. Textos e ilustraciones se adhieren a sus paredes, como la yedra y la madreselva trepan por los muros de las huertas. Color, formas, expresiones y emociones que emanan de los azulejos atraviesan la piel de los paseantes para contarles un trozo de sus vidas. Porque lo literario es parte de cada uno. Los libros habitan en quienes los leen y  reconvierten en pensamiento, emoción, escalofrío o risa…

Al fin un pueblo se viste con textos para que la literatura salga de las bibliotecas y de los libros. Confundidas con los pasos de los transeúntes las palabras reivindican el arte para la vida, la belleza para lo cotidiano, el pensamiento para la caminata.

Y «se hace camino al andar», como diría Antonio Machado, pero en un andar por los cuentos, los poemas, los fragmentos de obras y por las  ilustraciones que cuentan. La vida en ese caminar hacia el ocaso de todas las cosas se adereza de arte. Piedras, paredes y yerbas nos hablan del mar con aromas de Ana María Matute, o nos recuerdan el Monte del Agua descrito por Cecilia Domínguez, o reivindican mujeres con voz propia como María Teresa Andruetto y nos invitan a volar al mundo fantástico y libre de Quijote… Imágenes de Patricia Delgado, André Neves. Noemí Villamuza, Antonio Santos y Luis San Vicente dan vida a personajes, ideas, conceptos.

La literatura y los libros no son un lujo, son un derecho. Y todos los seres humanos tienen que tener la oportunidad de tenerlos a su alcance.

Pasear y leer, deambular y meditar… Sonreír y disfrutar de las palabras en un pueblo que, durante unos días, se convierte en palabra y magia.