Brillo en los ojos. Eso es lo que puede verse en la mirada de Roberto Torres, director de Cuadernos Escénicos, cuando habla de Garachico. Como si estuviera profundamente enamorado de la Villa y Puerto.

Habría que preguntarle a Torres si se trata de un amor a primera vista, un amor idealizado de juventud o un amor para toda la vida.

Lo cierto es que el brillo de los ojos de Roberto Torres al hablar de Garachico se combina con una tranquilidad asombrosa para hablar. Su armoniosa modulación de la voz embelesa y más de lo mismo pasa cuando baila. Aunque hable a compás lento lo que dice lo hace con convicción y en momentos sube la intensidad. La pasión le corre claramente por las venas y sus ojos saltones y su mirada penetrante acaban convenciendo de lo que dice.

«Sienta cátedra cuando habla»

Sienta cátedra cuando habla. Es una de esas personas que puede venderle hielo a un esquimal. Pero que no se entienda mal: no es un charlatán. Es un orador que sabe combinar a la perfección su lenguaje no verbal. Por algo es bailarín.

Es impensable no fijarse en él. Menos aún cuando despliega su arte. Aunque no todos entiendan la danza contemporánea, Torres se ha empeñado en dejar claro que el arte de la escena corporal no debe ser el ‘bicho raro’ de las disciplinas artísticas.

Fotos: Claudia Palenzuela

El bailarín tiene mucho recorrido. No se conocen los pasos que suma bailando, que no deben de ser pocos, pero sí que su trayectoria tiene muchos kilómetros por diferentes países y continentes. Es un chico que ha recorrido mundo.

Inseparable de su cigarro, muchas veces se acaricia su brillante calva para discernir sobre algún asunto. Ropa larga: esa es la indumentaria que suele usar para transmitir aún más tranquilidad. ¿Se habrá enamorado por eso de Garachico? ¿Por la tranquilidad que se ha alterado a pesar de que algunos no quieran?

Se funde con los habitantes de la Villa y Puerto durante un mes, se relaciona con un grupo de mayores que lo adoran porque ya son seis años.

«Seis años de amor»

Seis años de amor. Seis años de baños tempranos en El Caletón. Seis años de aprendizaje con uno de los mejores bailarines que ha dado Canarias. Seis años de su inseparable Marliuz. Seis años de danza contemporánea en la calle mientras algunos se pierden en el brillo que desprende la mirada de Roberto Torres cuando está en Garachico.

Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Más de una década al servicio de la comunicación