Era uno de los capítulos más esperados dentro del embrollo en el que ha desembocado el proyecto de saneamiento de la comarca y, ciertamente, no defraudó. La mesa redonda organizada por la Plataforma Los Silos-Isla Baja para contraponer las diferentes tecnologías de la depuración de aguas residuales contribuyó, durante sus tres horas de duración, a evidenciar que en el campo del saneamiento no hay verdades absolutas, como algunos han vendido a lo largo de este proceso que solo acaba de comenzar.

Cinco expertos para tres modelos diferentes se sentaron en el escenario del salón de actos del centro de salud silense con un aforo casi completo: Sebastián Delgado, catedrático emérito de Ingeniería Química de la Universidad de La Laguna; José Luis Peraza, ingeniero técnico industrial y responsable de los sistemas de depuración natural del Parque Rural de Teno; Gilberto Martel, ingeniero investigador del Departamento del Agua del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC); Jesús Cisneros Aguirre, doctor en Oceanografía Física y profesor de Contaminación Marina y Oceanografía Costera de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; y Javier Davara, gerente del Consejo Insular de Aguas de Tenerife (CIATF) y cuya presencia levantó gran expectación y múltiples reacciones.

De izquierda a derecha: Campos, Davara y Delgado

Moderados por Fátima Campos, (doctora en Ingeniería del Terreno de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria), Cisneros, Peraza y Davara defendieron sus tesis. También aportaron ideas, aunque sin tomar partido, Delgado y Martel. Desde las butacas, invitados por la Plataforma, presenciaron la mesa redonda la alcaldesa de Buenavista, Eva García, y concejales de diferentes partidos —en el gobierno y en la oposición— de Buenavista y Los Silos. Sorprendentemente, como ocurriera hace algunos días en una reunión de la Asociación Vecinal Las Canteras-Taco, no acudió ningún representante del Ayuntamiento de Garachico, municipio que también es partícipe del proyecto comarcal.

Comenzó el turno inicial de intervenciones Sebastián Delgado. El profesor universitario, que posteriormente advertiría que no defiende ningún sistema en concreto, habló positivamente de la tecnología proyectada por el CIATF. Vio con buenos ojos el sistema de membranas—»me alegré saber que era tecnología MBR», afirmó— porque, a su juicio, se consigue regenerar el agua para el riego. «La Isla Baja se merece un sistema de depuración de aguas eficiente», señaló Delgado, para añadir que «con el pretratamiento se eliminan muchos olores, pero dependerá del mantenimiento y de la distancia». Se mostró comprensible con la preocupación de los vecinos de Las Canteras por la cercanía respecto a la ubicación proyectada para la EDAR comarcal, pero también puso en valor la tecnología planteada para ella, con una depuradora «de última generación».

Por su parte, Gilberto Martel mostró dos ejemplos de depuración en Gran Canaria en los que el ITC ha trabajado con el Consejo Insular de Aguas de la isla. El primero, en la comarca Norte, similar al planteado para la Isla Baja, donde una EDAR recoge el agua de varios municipios y que se proyectó a partir de un sistema de información geográfica. Mientras, en Santa Lucía de Tirajana se realizó una depuradora natural que usa toda el agua resultante para olivos, aunque matizó que era limitada por las dimensiones y el caudal, añadiendo que era un proyecto «para un caso concreto». Sí quiso destacar una y otra vez la necesidad de la participación ciudadana, que también hace corresponsable a la población del sistema de depuración. Sus intervenciones, de hecho, fueron las que suscitaron un mayor consenso.

De izquierda a derecha: Cisneros, Martel y Peraza

Posteriormente, llegó la parte de las propuestas tecnológicas. El profesor Jesús Cisneros apostó por la depuración descentralizada, defendiendo que es más efectiva cuanto menor sea el grupo de población. Dijo que se realiza «con la máxima tecnología posible» y evita «una inmensa inversión pública». Alegó que ya hay 2000 depuradoras de este tipo a lo largo de todo el mundo, aunque no explicó su funcionamiento. Cisneros aseguró que las estaciones municipales de Los Silos, Garachico y Buenavista podrían aumentar cinco veces su capacidad sin prácticamente ninguna obra civil y que el proyecto estaría concluido en un año. También criticó que la tecnología por la que apuesta el CIATF «estará obsoleta en diez años».

José Luis Peraza abogó de nuevo por su depuradora natural, que ya ha implantado en Masca, Los Carrizales y en el albergue de Bolico. Cargó duramente contra el «bulo» de que este tipo de sistema no es efectivo para una población mayor a los 2000 habitantes. Su proyecto toma la idea de los antiguos aljibes particulares y se depura a través de las colonias de bacterias que degradan el agua residual. El ingeniero volvió a vender un sistema con el que «se puede verter toda la materia orgánica de la casa», que no consume energía y cuya agua depurada sirve para mejorar la calidad del entorno. Además, criticó los emisarios submarinos: «en las islas deberían estar prohibidos porque podemos tener la tentación de echar por ahí algo que no debemos».

El momento más esperado fue la intervención de Javier Davara. El ingeniero de minas, que en ningún momento se presentó como gerente del CIATF (cargo que ocupa desde 2016) sino como representante del organismo, defendió el proyecto comarcal planteado para la Isla Baja. Aludió —sin mencionarlos— a Peraza y Cisneros diciendo que «la planificación no se puede establecer en entelequias» y que lo proyectado en el Plan Hidrológico Insular «tiene una base porque no nos podemos equivocar». Para el gerente, la razón de apostar por un sistema centralizado viene dado por las limitaciones de recursos de los ayuntamientos para mantener depuradoras municipales, algo que, según explicó, ha quedado patente desde la década de 1980.

Tras la exposición inicial de cada interviniente, se pusieron encima de la mesa diferentes preguntas sobre la energía y el mecanismo de depuración, aunque no se produjo ningún debate directo entre los expertos. A esa altura de la noche comenzaron algunos aplausos fervorosos hacia Peraza y Cisneros, y los murmullos ante la defensa de Davara, cuyo tono de enfado no ayudó precisamente a calmar el ambiente.

La presidenta de la AV Las Canteras-Taco, Nivaria García, interpela a Javier Davara

Pero el plato fuerte vendría en la segunda parte del evento. Eran casi las 10 y media de la noche cuando Fátima Campos recogió las preguntas escritas del público, dirigidas casi por completo al gerente del CIATF. Muchas personas habían abandonado ya el centro de salud, pero el resto aguardó a conocer las explicaciones de Davara. A pesar de sus argumentaciones sobre un período de participación que «comenzó en 2010», muchos de los asistentes le echaron en cara que hasta ahora nadie del Consejo hubiese venido a la Isla Baja a explicar el proyecto de saneamiento y depuración comarcal.

La moderadora pidió «conciliar la emoción con la contención para no coartar a los participantes», aunque Javier Davara permaneció impertérrito. Aseguró que la EDAR plateada, como el resto de las diseñadas en la actualidad, «no huelen», que el emisario de Los Silos solo se usará «en casos de emergencia» y que «en ningún momento se va a bombear agua bruta desde la costa a la depuradora». También aclaró que el CIATF no se opone a la depuración natural, «pero para núcleos pequeños», mientras que Peraza le reprochó que el agua regenerada solo serviría para regar 50.000 plataneras de la comarca.

Pasadas las 11 y cuarto de la noche se ponía punto y final a la mesa redonda con las conclusiones de cada ponente. Prácticamente todos coincidieron en destacar el interés vecinal sobre un tema como la depuración de aguas residuales y la participación. Más allá de ello, quedó claro que las verdades absolutas, al menos en la depuración, tienen poco recorrido.

El gerente del CIATF hizo frente a las críticas del público
Codirector de DAUTE DIGITAL y redactor en COPE Canarias. Grado en Periodismo por la Universidad de La Laguna y Máster en Innovación en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández de Elche.