Un tercio de Religión

El CEIP Antonio del Valle Menéndez, en Garachico, solo puede ofrecer 6 horas de la asignatura de las 18 reglamentadas por falta de profesorado

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Los alumnos del CEIP Antonio del Valle Menéndez, en el casco de Garachico, llevan desde comienzos de curso sin poder recibir las horas de Religión que les corresponden por ley. De las 18 horas semanales asignadas apenas se están cubriendo 6, una tercera parte.

La raíz del problema está en la duración de cada clase. El centro escolar llevaba dos años impartiendo sesiones de 45 minutos, un tiempo insuficiente para los profesores. Este curso, sin embargo, la normativa permitía volver a los tradicionales 55 minutos por clase. La directora del colegio, Noemí Méndez, lo expresa claramente: “Cuando nos permitieron aumentar la clase vimos los cielos abiertos.” Pero el problema, asegura la directora, surgió porque la Consejería de Educación no previó que el cambio de las sesiones supondría un aumento de las horas impartidas por el profesorado de Religión.

El CEIP garachiquense lleva casi mes y medio compartiendo profesora de Religión con el Baldomero Bethencourt, en Icod de los Vinos. “La profesora no puede hacer nada más, porque ya está impartiendo sus 25 horas correspondientes”, lamenta Méndez. Sin embargo, de esas 25 horas solo 6 corresponden a Garachico.

El Ministerio no puede ampliar presupuesto para un nuevo maestro por estar el Gobierno en funciones

Las miradas se han dirigido al Ministerio de Educación porque de él dependen los maestros de Religión de primaria e infantil. Pero la situación de bloqueo político en España, con un Gobierno en funciones, impide que el departamento dirigido por Íñigo Méndez de Vigo pueda ampliar el presupuesto, por muy pequeño que sea, para que otro profesor de Religión pueda cubrir la demanda del CEIP Antonio del Valle Menéndez.

Desde el colegio lamentan que la Consejería canaria no les haya dado aún ninguna solución. Este lunes se reunieron con la inspectora de zona y el asunto ya está en manos de la Inspección General de Educación, pero la Consejería alega que los maestros de Religión no son de su competencia.

Mientras, en Garachico están haciendo malabares para que esta problemática afecte lo menos posible a la educación de los niños. “La profesora de Religión solo puede venir los martes y jueves de 8:30 a 11.15 h, por lo que hemos tenido que cambiar los horarios varias veces para aprovechar a la docente”, explica Noemí Méndez. Los alumnos de infantil aún no han recibido ninguna clase de la materia, mientras que los de primaria (los niños del 1º, 2º y 3º comenzaron este martes con la asignatura) solo reciben una hora semanal en lugar de las dos que les corresponden.

A todo esto se le suman tres inconvenientes. Por un lado, las sesiones de Religión que no se están impartiendo se están cubriendo con otros docentes, lo que supone disponer de menos tiempo para otras asignaturas. Por otro lado, los alumnos cuentan desde comienzo de curso con los libros de Religión que aún no han estrenado y que ya, a estas alturas, no pueden devolverse. Pero quizás lo más relevante es que se trata de una asignatura evaluable y, de seguir así la situación, la maestra tendría que poner nota a sus alumnos en función a los contenidos mínimos dados.

El colegio, eso sí, no piensa quedarse de brazos cruzados. Con la ayuda del AMPA escolar han comenzado a recoger firmas entre los padres, cuentan con el apoyo del Ayuntamiento de Garachico y el próximo paso será presentar un escrito en el registro de entrada de la Consejería de Educación. “Esta situación choca con el discurso de una mayor eficacia en los centros educativos que pregonan desde la Consejería”, critica la directora.

El desenlace de la historia de momento es incierto, pero es probable que la hipotética investidura de Rajoy a finales de este mes permita que las instituciones del Estado vuelvan a la normalidad y el Ministerio de Educación posibilite al Antonio del Valle contar con todas las horas de Religión que le corresponden.

Codirector de DAUTE DIGITAL y redactor en COPE Canarias. Grado en Periodismo por la Universidad de La Laguna y Máster en Innovación en Periodismo por la Universidad Miguel Hernández de Elche.