El malpaís de El Guincho

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El mar embravecido retoza con la tierra. Después de un sinuoso recorrido entre plataneras irrumpe el malpaís negro. El enigmático acantilado de caprichosas formas arremete contra un mar en continuo debate con la tierra.

Atrás va quedando la isla, pues parece que nos adentramos en otra realidad.

Las palmeras altivas se alejan de la tierra, quieren pertenecer al aire, a las alturas.

El murmullo interminable de las olas nos acecha.

Allí los relojes parecen detenerse a contemplar el entorno. Entonces las palabras se hacen pensamiento, diálogo en silencio.

Se recortó en el azul la regia figura de un guincho que, como flecha veloz, se lanzó a las aguas en busca de los peces.

Idílico lugar que ha sido testigo de la lucha del hombre por vencer a la tierra. La negrura se convirtió en verde. La lava se cubrió de tierra fértil y los cultivos vistieron la tierra de brotes nuevos.

El campesino labró su silencio lentamente.